Estas palabras que vienen a continuación e ilustran la imagen de hoy, pertenecen a una de mis libretas de anotaciones. Podrían parecer un poema. Pero son notas dispersas que provocó la imagen que ilustra la entrada. Hoy ven la luz para evitar ser devoradas por el limbo de la memoria…
Cerré las ventanas por el miedo a la soledad. No fuese que regresase, para adueñarse de mí ansiada libertad. Puse luces donde anidan las sombras por si las dudas de mí actitud se desvanecían donde la penumbra obtiene sus mejores logros.
Caminé descalzo sobre la fría arena negra de una playa paradisiaca, imaginaria donde los enamorados del viento ven pasar las nubes en un gesto fugaz de sus almas.
Me deshice en elogios merecidos sobre la letra de un poema, que alguien muy osado, tuvo la sensatez y la cordura de ponerle música haciéndolo llegar donde la vista está cansada y el oído aun se muestra perspicaz.
Dejé atrás un vaso medio lleno de soberbia. Otro, medio vacío de optimismo. Una botella de tolerancia y unos cuantos recipientes con la modestia que tenía guardada.
Desnude mi mejor vestido y anude a mi cintura una vieja corbata… de seda. Me senté donde asaltan las dudas y luché hasta que la manzana fue devorada por un gran gusano de alas doradas. Qué cosas tiene el dolor.
Solo entonces abrí las hojas de mis ventanas. El aire, fresco, renovado, puro y adolescente, envolvió mi estancia haciéndola agradable.
Caminé descalzo sobre la fría arena negra de una playa paradisiaca, imaginaria donde los enamorados del viento ven pasar las nubes en un gesto fugaz de sus almas.
Me deshice en elogios merecidos sobre la letra de un poema, que alguien muy osado, tuvo la sensatez y la cordura de ponerle música haciéndolo llegar donde la vista está cansada y el oído aun se muestra perspicaz.
Dejé atrás un vaso medio lleno de soberbia. Otro, medio vacío de optimismo. Una botella de tolerancia y unos cuantos recipientes con la modestia que tenía guardada.
Desnude mi mejor vestido y anude a mi cintura una vieja corbata… de seda. Me senté donde asaltan las dudas y luché hasta que la manzana fue devorada por un gran gusano de alas doradas. Qué cosas tiene el dolor.
Solo entonces abrí las hojas de mis ventanas. El aire, fresco, renovado, puro y adolescente, envolvió mi estancia haciéndola agradable.
“Pensamiento apáticos”
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Todas las imágenes de este blog están subidas a una resolución de 1024.
Con un clic sobre la imagen las veréis a pantalla completa.
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Buenos días. Aqui tienes mi modesta opinión de "Maruja", pues sólo soy una ama de casa, madre de familia, que hace voluntariado.
ResponderEliminarVeo dolor en estas letras, pero a la vez una esperanza escondida.
Me encanta tu manera de expresarte
La verdad es que llegas al alma.
Igualmente las fotografías.
Este cactus bello y con pinchos, como la vida misma, es mi foto preferida.
Desde Valencia te deseo Paz y Bien.Montserrat
Bello escrito, Pardiez!!
ResponderEliminarAl final del dolor y de la soledad encontró su momento. Yo lo llamo superación. Precioso!
ResponderEliminarLa memoria es la puerta de atrás que guardan todos los libros, las palabras que salen por la ventana, y echan a volar como un pájaro.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo!
Es un bello texto el que nos ofreces hoy, Jan.
ResponderEliminarNo sé si, a veces, te puede la soledad y te provoca dolor pero, a través de tus palabras finales, creo que vence la esperanza en el futuro.
En cualquier caso, la soledad, todos estamos solos, aunque estemos rodeados de muchas gente, puede ser beneficiosa en determinados momentos.
Yo creo que aquí, en la blogosfera, no estamos solos. Los blogs son esas ventans que abrimos a los demás por nuestra imperiosa necesidad de comunicarnos con nuestros semejantes.
Hay muy buena gente por aquí. Por eso yo abro mis ventanas de par en par y te invito a que jamás cierres las tuyas.
Un fuerte abrazo, buen amigo.
Bello relato que esconde un sentimiento profundo de dolor pero con esperanza hacia la vida, es una ansiada lucha por volver a ser uno mismo... Saludos.
ResponderEliminar" Solo entonces abrí las hojas de mis ventanas. El aire, fresco, renovado, puro y adolescente, envolvió mi estancia haciéndola agradable." Y espero y te deseo que siga asi... De todo corazón, Jan!
ResponderEliminarUn beso en esa tarde de domingo Otoñal/Primaveral.
Microchip-666.
ResponderEliminarTristes pero bellas palabras, Jan.
ResponderEliminarSabes Jan, pienso que nada que está en la memoria vive en un limbo.
ResponderEliminarMaravilhosa foto y escrito.
Un beso.
* Palabras llenas de nostalgia.
Feliz libreta ésa.
ResponderEliminarEstar vivo es estar solo y también guardar esperanza.
ResponderEliminarUn texto melancólico muy lindo.
Salu2.
Antón.
Jan que hermosas palabras, dejan un sabor a melancolía, a esperanza.
ResponderEliminarAbrazos, como siempre tus fotografías son hermosas.
Qué belleza de foto!...me encantó!
ResponderEliminartus palabras, surgidas de esa imagen, se han dejado llevar por la magia de las luces y sombras...precioso.
un abrazo!
Las ventanas son una unidad de medida más importante de lo que creen la mayoria...
ResponderEliminarEres un poeta, Jan. Has llenado de música y sugerencias esa esquina tan cálida y tan bella.
ResponderEliminarCreo que lo volveré a leer con música de Baden Powell y Vinicius de Moraes.
ResponderEliminarMe toca la grande melancolia saliendo de estas paredes como de un libro de historia...
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