La noche y el sur parecen no tener fin. Se mezclan en un juego constante de luces, sombras y contrastes dispares. Uno termina por perder la orientación. El reloj simplemente es una maquinaria ausente de cualquier propósito.
Son las cinco de la mañana. El horizonte tiene una mezcla extraña de divergencias donde nada es lo que parece. Cierto desconcierto, domina las emociones.
El servicio meteorológico anuncia un día de mar calmada. Los viejos capitanes obligan a las proas a enfrentarse con el temido Cabo De Hornos. Unos largan las velas en una locura que parece contagiar a todos. Otros fuerzan los cargueros a toda maquina en una carrera incontrolada por volver a soltar amarras en un buen puerto. Nadie que conozca estas latitudes suele fiarse. Y pobre de aquel que lo haga.
En pocos minutos, los barcos parecen confundidos pero todos tienen la orientación bien definida. Me aferro a la cubierta y dejo que la fría brisa me haga deponer mi actitud. Me cobijo en el cuarto de derrota. El café me vuelve a templar.
Aquí, todo parece diferente con la salvedad… de que lo es.
El servicio meteorológico anuncia un día de mar calmada. Los viejos capitanes obligan a las proas a enfrentarse con el temido Cabo De Hornos. Unos largan las velas en una locura que parece contagiar a todos. Otros fuerzan los cargueros a toda maquina en una carrera incontrolada por volver a soltar amarras en un buen puerto. Nadie que conozca estas latitudes suele fiarse. Y pobre de aquel que lo haga.
En pocos minutos, los barcos parecen confundidos pero todos tienen la orientación bien definida. Me aferro a la cubierta y dejo que la fría brisa me haga deponer mi actitud. Me cobijo en el cuarto de derrota. El café me vuelve a templar.
Aquí, todo parece diferente con la salvedad… de que lo es.
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“Amaneceres personales”
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Esta foto me inspira a la vez calma e incertidumbre, me parece muy hermosa. Saludos.
ResponderEliminarQuerido Jan:
ResponderEliminarAcabo de escuchar tu mensaje en el contestador automático. Por favor, llámame otra vez cuando puedas, pues no sé desde qué número lo haces. Un abrazo, amigo.
Fernando Portillo
me ha gustado mucho el toque poetico de "largar velas" se ve tan lejano que uno no puede dejar de sentir nostalgia. la foto es de esas en las que abstraerse en pensamientos. me gustan sus azules. abrazos
ResponderEliminarQue cielo... Nubes todas bordadas de sol...
ResponderEliminarComo la primera vez que visité tu blog, me impongo venir un día con muchas horas para leer y admirar pausadamente todas tus fotografías. Este amanecer, por ejemplo, me transporta de lugar y en el tiempo, trayendome recuerdos de Tierra del Fuego.
ResponderEliminarMuy buena entrada, Jan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Antón.
¡Qué simbólicos son los amaneceres! Y bellos, y nostálgicos, y dulces. Un amanecer puede definir toda una vida.
ResponderEliminarBesitos.
Siempre me gustó el amanecer en el sur austral, y siempre recordaré sus amaneceres ya inolvidables para mí.
ResponderEliminarUN abrazo!
Yo también soy uno de esos agraciados que tuvimos la suerte de vivir esos amaneceres australes. Preciosa foto… Un saludo Jan
ResponderEliminarMui hermosa la foto, Juan.
ResponderEliminarSaludos.
JR
Gracias.
ResponderEliminarUn petó y con tu permiso te sigo.
... Una sensación de quedar atrapados en un cerco cada vez más estrecho entre cielo y mar...
ResponderEliminarPreciosa foto .. me hace sentir algo de claustrofóbia, pero...
Un beso , Jan.