Hay ciertos personajes que por su trayectoria y las horas que me paso conversando con ellos, en un solo capitulo no debo de resumir lo acontecido. Así que hoy os presento la primera de las tres partes que tengo pensado para Don Aníbal Ríos Montt.
Don Aníbal Ríos es una persona con una vivencia personal fuera de lo común. Como estudiante, fue expulsado de seis colegios. Mas tarde fue campeón nacional de boxeo en la categoría de semipesados. Es una de los grandes exponentes del rodeo en Chile, habiendo obtenido innombrables premios. Criador de caballos ganadores. Ex funcionario bancario. Escritor y un sin fin de experiencias increíbles.
Sentarse a su lado y escuchar sus vivencias personales es perder la noción del tiempo. Afortunadamente, justificada.
Lo conocí en la calle. En una vieja librería de ocasión donde los libros se apilan en el suelo y las estanterías parecen no tener ninguna disciplina. Aníbal la visita casi a diario. Busca viejos libros del oeste americano. Su gran pasión es el “far west”.
Su algo mas de metro ochenta de estatura y tocado por un sombrero al mas puro estilo cowboy hacen de su estilizada figura, un personaje inconfundible allí donde transita.
Todo el mundo cuando se cruza con el lo saluda con un sencillo…
.- Buenos días, sheriff.
Él, devuelve el saludo con una educación digna de un gentleman. Entonces pasa sus dedos índice y pulgar acariciando el ala del sombrero. Una media sonrisa anida entre su orgullo y satisfacción de quien es aceptado como tal. Nada fácil hoy en día.
Aníbal es una persona hecha a si misma. Un luchador empedernido por alcanzar sus propósitos.
Vive en su finca llamada “el rodadero. En ella ha sabido recrear un autentico salón del lejano oeste, así como una verdadera cantina mexicana. Un entorno increíble para hacer realidad una pasión que desde pequeño vive en su interior. Quizás nació en el lugar equivocado. Tal vez en su anterior vida fuese un pistolero que cabalgaba libremente al oeste del “rio Pecos”. El caso es que estar junto a él, en ese entorno recreado a fuerza de años e ilusión es trasladarse al mitico oeste americano. Un lugar donde los que tenemos cierta edad hemos querido vivir emulando los grandes nombres que hicieron historia en América.
.- ¿Que quieres tomar amigo?
Me dijo haciendo de barman ante mi presencia en el salón…
.- Lo mismo que usted.
Aseveré por aquello de no ser un bebedor habitual de todo lo que no sea té o café y algún que otro tinto del bueno.
.- Tomemos un tequila sin más.
Cuando escuché la palabra tequila me entro un tembleque en las piernas peor que si me hubiera retado a un duelo con armas verdaderas…
.- ¿Un tequila?
Pregunté por si mi voz temblorosa le hacia cambiar de opinión y terminaba por servir cualquier otro tipo de bebida sin alcohol. Por ejemplo la típica zarzaparrilla que tantas veces había escuchado en las películas. Pero Aníbal, puntualizó…
.- Tequila… reposado.
Lo sirvió en un vaso mexicano autentico de tomar tequila. Brindamos por ese encuentro y antes de que la comisura de mis labios se acercara al cristal poroso del vaso, olisquee al mas puro estilo de un buen sumiller el contenido del mismo. Me sorprendió el aroma. Y entonces Aníbal, me hablo del tequila reposado. Unos cuantos años encerrado en barrica hacen del mismo un autentico placer al paladar. Nada que ver con el tequila que levanta pasiones y dolores de cabeza profundos por su ingesta descontrolada.
Seguimos hablando mientras el entorno me hacia olvidar donde me encontraba. Por una tarde, entré en el mismísimo corazón del oeste americano de la mano del sheriff de Quillota.
Continuara…
Todas las imágenes de este blog están subidas a una resolución de 1024. Sentarse a su lado y escuchar sus vivencias personales es perder la noción del tiempo. Afortunadamente, justificada.
Lo conocí en la calle. En una vieja librería de ocasión donde los libros se apilan en el suelo y las estanterías parecen no tener ninguna disciplina. Aníbal la visita casi a diario. Busca viejos libros del oeste americano. Su gran pasión es el “far west”.
Su algo mas de metro ochenta de estatura y tocado por un sombrero al mas puro estilo cowboy hacen de su estilizada figura, un personaje inconfundible allí donde transita.
Todo el mundo cuando se cruza con el lo saluda con un sencillo…
.- Buenos días, sheriff.
Él, devuelve el saludo con una educación digna de un gentleman. Entonces pasa sus dedos índice y pulgar acariciando el ala del sombrero. Una media sonrisa anida entre su orgullo y satisfacción de quien es aceptado como tal. Nada fácil hoy en día.
Aníbal es una persona hecha a si misma. Un luchador empedernido por alcanzar sus propósitos.
Vive en su finca llamada “el rodadero. En ella ha sabido recrear un autentico salón del lejano oeste, así como una verdadera cantina mexicana. Un entorno increíble para hacer realidad una pasión que desde pequeño vive en su interior. Quizás nació en el lugar equivocado. Tal vez en su anterior vida fuese un pistolero que cabalgaba libremente al oeste del “rio Pecos”. El caso es que estar junto a él, en ese entorno recreado a fuerza de años e ilusión es trasladarse al mitico oeste americano. Un lugar donde los que tenemos cierta edad hemos querido vivir emulando los grandes nombres que hicieron historia en América.
.- ¿Que quieres tomar amigo?
Me dijo haciendo de barman ante mi presencia en el salón…
.- Lo mismo que usted.
Aseveré por aquello de no ser un bebedor habitual de todo lo que no sea té o café y algún que otro tinto del bueno.
.- Tomemos un tequila sin más.
Cuando escuché la palabra tequila me entro un tembleque en las piernas peor que si me hubiera retado a un duelo con armas verdaderas…
.- ¿Un tequila?
Pregunté por si mi voz temblorosa le hacia cambiar de opinión y terminaba por servir cualquier otro tipo de bebida sin alcohol. Por ejemplo la típica zarzaparrilla que tantas veces había escuchado en las películas. Pero Aníbal, puntualizó…
.- Tequila… reposado.
Lo sirvió en un vaso mexicano autentico de tomar tequila. Brindamos por ese encuentro y antes de que la comisura de mis labios se acercara al cristal poroso del vaso, olisquee al mas puro estilo de un buen sumiller el contenido del mismo. Me sorprendió el aroma. Y entonces Aníbal, me hablo del tequila reposado. Unos cuantos años encerrado en barrica hacen del mismo un autentico placer al paladar. Nada que ver con el tequila que levanta pasiones y dolores de cabeza profundos por su ingesta descontrolada.
Seguimos hablando mientras el entorno me hacia olvidar donde me encontraba. Por una tarde, entré en el mismísimo corazón del oeste americano de la mano del sheriff de Quillota.
Continuara…
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Texto y fotografías con copyright del autor.
Cuánto resume esa frase: un tequila sin más.
ResponderEliminarQué personaje.
Eres afortunado por conocer personas/jes como el de tu narración. Te agradezco que lo compartas y espero impaciente la continuación. Saludos
ResponderEliminarBueno!...viene resultando entretenido el relato!...todo un personaje este sheriff!!
ResponderEliminarVeremos cómo sigue.
un abrazo!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEspero ansiosamente la continuación. ¡Qué personaje! Besotes, M.
ResponderEliminar"Reposadamente" espero la continuación del encuentro con tan peculiar personaje..
ResponderEliminarUn beso, Jan.
Confieso que fuí, en mi adolescencia, unha lectora empedernida de novelas del oeste, y que aún me gustan las "películas de vaqueros".
ResponderEliminarEl año pasado, una noche que pasé en una estancia a unos 800 Km. de Buenos Aires, me ví sumergida en un ambiente muy parecido. Los que me rodeaban (viejos amigos) hablaban del precio del ganado, del pasto, los caballos, los cercados, la sequía...
Allí, en medio de la llanura infinita, al lado del fuego, con mucho frío afuera, disfruté como nunca.
como decía mi abuelo, santé!!
ResponderEliminarqué lindo personaje, a la espera del segundo episodio.
un abrazo,
¿Sabías que mi segundo hijo se llama Aníbal? Me parece un nombre con auténtico peso específico.
ResponderEliminarCómo he paladeado ese vaso de Tequila en el Saloon de Don Aníbal; qué afortunado eres, Janito.
Anibal Rios-Montt es mi tío abuelo , realmente son interesantes sus historias cuando uno comienza a leerlas no puede parar .
ResponderEliminarSaludos !!
Muy interesante y bien narrado relato. ¡Enhorabuena!.
ResponderEliminarUn cordial saludo.