Anotaciones desde cubierta...
Despierto y noto que la mar está más calmada de lo que estaba ayer cuando me acosté. Me acerco hasta la cocina. Pongo dos cucharadas soperas de café en la cafetera italiana que me acompaña fielmente desde finales de los setenta cuando la compré en una de las ferreterías tradicionales de mi pueblo natal. Uno de esos establecimientos de esos que se dicen de toda la vida.
Aun recuerdo como si fuese hoy mismo, la hermana menor, soltera empedernida, quien amablemente me explicó las características de la cafetera y algún pequeño truco que aun aplico para el mantenimiento de la goma que hace de junta para unir las dos partes de la misma.
El caso es que sigue haciendo un excelente café a pesar de las latitudes que me pueda encontrar y los años pasados. Ya no se hace nada como antes.
Después del primer sorbo, todo parece diferente. Con la taza en la mano subo hasta la cubierta. El día está a punto de explotar. La mar calmada y el silencio presente en todo el entorno que abraza mis sentidos. Me siento en estribor y dejo que los minutos jueguen con mis pensamientos. El último sorbo me hace pensar en la tranquilidad que me rodea. Me gustaría dar un grito para romper ese equilibrio aparente, pero se me adelantan unas cuantas aves que parten de los arboles que están en las orillas y se dirigen ruidosamente quizás al mismo lugar de ayer. Quizás al único lugar que vayan a diario desde hace mucho tiempo…
Algunas mañanas son más frías que otras.
Aun recuerdo como si fuese hoy mismo, la hermana menor, soltera empedernida, quien amablemente me explicó las características de la cafetera y algún pequeño truco que aun aplico para el mantenimiento de la goma que hace de junta para unir las dos partes de la misma.
El caso es que sigue haciendo un excelente café a pesar de las latitudes que me pueda encontrar y los años pasados. Ya no se hace nada como antes.
Después del primer sorbo, todo parece diferente. Con la taza en la mano subo hasta la cubierta. El día está a punto de explotar. La mar calmada y el silencio presente en todo el entorno que abraza mis sentidos. Me siento en estribor y dejo que los minutos jueguen con mis pensamientos. El último sorbo me hace pensar en la tranquilidad que me rodea. Me gustaría dar un grito para romper ese equilibrio aparente, pero se me adelantan unas cuantas aves que parten de los arboles que están en las orillas y se dirigen ruidosamente quizás al mismo lugar de ayer. Quizás al único lugar que vayan a diario desde hace mucho tiempo…
Algunas mañanas son más frías que otras.
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Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
Todo es belleza, desde la imágen hasta el relato. Una unión perfecta, que logra traspasar la serenidad del lugar, y la sensación de placer de disfrutar del café mañanero, con ese paisaje que envuelve. Dan ganas de estar ahí.
ResponderEliminarMuy bien logrado todo, me encantó.
Abrazos, que tengas buen fin de semana
Anouna
¡Qué melancólicas son tus imágenes! Y tus escritos. Besotes, M.
ResponderEliminarEs más: el frío de algunas mañanas tiene diferente naturaleza, casi metálica.
ResponderEliminarLa soledad, la calma, un café entre las manos y un punto de tristeza.
ResponderEliminarUn beso de acompañamiento desde aquí.
Me gusta esta instantánea por lo que induce a sentir más que por lo que deja ver.
ResponderEliminarPaz
calma
ausencia de viento
Me gusta, si señor, y no puedo evitar imaginar la vida del que la habita.
Ya me estoy llenando de preguntas...eso está bien.
Un saludo de agosto.
J.
Fría.. pero tan, tan.. hermosa sensación.
ResponderEliminarIrresistible punto decadente que desarma lo establecido.
Siempre sorprendes.
Hola Juan, la fotografia es increible con un toque melancolico pero me gusta mucho, el texto que lo acompaña me encanta el cafe. jejeje un saludo
ResponderEliminarDesconfío de las personas que no aman la calma, que no aprecian el silencio, que sólo buscan jaleo y precipitación
ResponderEliminarEstas aves incansables y ruidosas...las oigo tambien, en su ir y venir, por este mar que tan bien conoces, y recuerdas, Jan..
ResponderEliminarDíme el secreto de la goma.. yo tengo la misma cafetera..
Me tomaré el café de mañana.. el primero ( de muchos).. mirando tu foto y leyendo otra vez tu Post..
Un beso, Jan.
Qué lindo esto!!!..qué buen texto! todo una pintura de palabras!!!
ResponderEliminarHa sido un gusto pasar a leerte.
un abrazo.
QUE BUEN AIMAGEN Y QUE BUEN TEXTO, ME DIERON GANAS DE TOMARME UN CAFECITO HASTA SIENTO SU AROMA, SERÁS VOS EL QUE LO ESTÁ PREPARANDO?. ME HAS TRASPORTADO A AQUEL LUGAR, NO SIENTES MI PRESENCIA??
ResponderEliminarUN BESO DESDE ARGENTINA
Ahí debería estar yo, y no donde estoy, haciendo lo que estoy haciendo, pasandome lo que me está pasando y abocado a lo que voy de culo cuesta abajo y sin frenos.
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