Como sabéis está pendiente la publicación de la segunda parte del “Sheriff de Quillota”. En principio tenía pensado publicarlo hoy. Pero al final he decidido hacerlo el día 7 de septiembre.
Mario Martín
“Amigo, hay gente que a pesar de ver, no ama la vida. Triste verdad”
Conocí a Mario a finales del dos mil seis. Él, se encontraba en su esquina preferida. Yo, caminando sin rumbo aparente para variar. Apunto de cruzar la calle escuché una versión completamente apócrifa del clásico “Strangers in the night” de Frank Sinatra. La gente pasaba al lado del músico invidente sin apenas darle importancia a su interpretación. Consecuentemente no le dejaban ninguna moneda a modo de estipendio.
Me quede observándolo un buen rato en el cual amenizó a la concurrencia con diferentes versiones de autores que en los años setenta y ochenta cosechaban sus merecidos laureles.
Se atrevió hasta con el mismísimo Louis Armstrong. Versionando esa canción que tantas veces hemos tarareado “What wonderful world”
Como suelo hacer, le invité a un café que me aceptó gustosamente. Después de las presentaciones pertinentes empezamos un dialogo del cual guardo muy buenas impresiones…
.- ¡Ay! Dios le oiga.
Me dijo con cierta displicencia.
.- Veo que sus instrumentos no son digamos… profesionales.
Empieza a sonreír. Primero tímidamente y a continuación a carcajadas.
.- Pero no suenan mal, ¿verdad?
.- A mi me ha gustado.
Algunos instrumentos están fabricados por usted…
.- Así es. Las panderetas, son fáciles de hacer. Hay que reciclar o eso dicen en la radio.
Usted debe de ser un gran oyente de la radio.
.- La radio es algo mágico. Me hace imaginar muchas cosas que sin oírlas, no las intentaría comprender.
.- Dígame algo que usted se ha imaginado gracias a la radio.
.- La puesta del sol.
Su respuesta es rápida y tajante. Me quedo en silencio y Mario sigue hablando…
.- Para alguien que la ve a diario, llega un momento que no tiene importancia. Para uno que no la ha visto nunca y seguramente nunca la podrá ver, el poder imaginársela es el todo.
Se pierde la luz del día y la noche tiene su propia luz especial.
.- Sabe… me gustaría aunque solo fuese por unos instantes poder ver una puesta de sol.
.- A veces los que vemos, no sabemos el cómo perdemos el tiempo viendo cosas absurdas.
Mario está casado. Tiene tres hijos con Evelia. .- Los tres nacieron con la vista concedida. Aunque antes de nacer nos hicimos unas pruebas y los doctores que nos trataron nos hablaron un porcentaje muy alto de posibilidades de que nacieran sin problemas.
Sus tres hijos, trabajan. No hay dinero para la universidad. Solo necesidades para subsistir.
Al cabo de una hora llegó Evelia, su señora. Alguien le comento que Mario se encontraba en el café donde siempre desayuna. Se sienta a su lado mientras Mario sigue revolviendo el azúcar que acaba de verter en su segundo café.
.- Así que usted es fotógrafo. Debe de ser bonito. Eso de ver algo que a uno le gusta, hacer una fotografía y poder mirarla siempre que uno quiera. Así la belleza siempre está al alcance de uno. ¿Verdad?
Tal afirmación me dejo casi mudo. Nunca había pensado ni analizado el visionar una imagen captada desde ese prisma tan personal…
.- Tiene usted toda la razón.
Mario, toca muchas piezas con una flauta fabricada en Cina. De plástico. Parece un chiste pero suena bien. También tiene un acordeón que se lo regaló un payaso de un circo mexicano que recién se jubilaba.
.- Un buen amigo, oiga. Un gran amigo. Lo conocí un día así como a usted. Me invito al circo. Me sentó en la tribuna. No vi nada pero no deje de sonreír durante toda la función. La de veces que había imaginado escenas de los trapecistas, los domadores, los equilibristas y los payasos a través de mi querida radio…
.- Y fue como usted se lo imaginaba?
.- Mucho mejor. Ahora además de imaginarlo y sentirlo, pude palpar la lona de la carpa del circo. El olor de las gradas, las sonrisas de los niños al salir los payasos… tantos pequeños detalles que…
A Mario se le humedecían los ojos. Cogió su acordeón Bompezzo y me obsequio con unas notas que me recordaban el maravilloso mundo del circo.
Nos despedimos. Sentí mucha alegría por ese encuentro tan fugaz que mantuvimos. Los caminos eran diferentes, pero la sensibilidad de un instante efímero nos acercó en el momento preciso.
Nos despedimos después que Evelia me diese su dirección. Allí le envié dos fotografías. La que veis aquí y una segunda mientras tocaba el acordeón.
Algunas personas tienen el don de lograr que reflexionemos después de escuchar sus palabras. Mario lo consiguió conmigo.
“Haciendo amigos”
Copyright © By Jan Puerta 2009
Hola Jan, un post emotivo, que nos lleva a la reflexión, damos tan poca importancia a algunas cosas..Estoy segura que Mario es una persona digna de conocer, me hubiese encantado hacerlo. Te agradezco tus palabras en mi blog, será un placer seguirte. Un abrazo!
ResponderEliminarHOLA JAN
ResponderEliminarQUE NOTA TAN BONITA!!! ME EMOSIONÉ AL LEERLA. HAY TANTAS COSAS QUE SUCEDEN DIARIAMENTE Y NO LES DAMOS IMPORTANCIA.
ES TODO ESE UN GRAN TEMA................
ME GUSTARIA SABER DONDE VIVES AHORA. SE QUE ERES UN TROTAMUNDOS, SOLO ESO JAJAJAJ
UN BESO DESDE PARANA ARGENTINA
La gente suele dejarse llevar por las urgencias y se olvida de lo importante, entre ello, de la solidaridad. Tenemos que construir un mundo donde el dolor y la necesidad ajena se sienta como propio, así, quizás, disminuyan las injusticias.
ResponderEliminarun abrazo.
Todo un hombre orquesta. Interesante conversación.
ResponderEliminarSaludos.
Creo que llevaba demasiado tiempo sin dejarte prueba de mis visitas, Jan, pero el relato de tu encuentro con Mario es de ésos que ya deberías tener juntitos y entre las tapas de un libro que sería de los primeros en comprar.
ResponderEliminarSi los editores no vienen a Jan, Jan debería...
No podía dejar de comentar que veo la fotografía como él, qué cosas verá, qué pena no poder verlas aunque fuesen pintadas, cuando dice que tenemos la belleza siempre a nuestro alcance. Mantener momentos bellos y bellos instantes para siempre.
Como el de este encuentro cada vez que veas esta foto.
Cuánto se aprende en la calle, amigo Jan, hablando y, sobre todo, escuchando.
Gracias por compartirlo.
Buenos días, Jan Puerta:
ResponderEliminarEsta entrada tuya me hizo reflexionar demasiado. Escribí unos cuantos folios. Procuraré extraer algo.
Su repertorio, ¡aprendido de oir las canciones en la radio|. ¡Cómo me hubiera gustado escucharle!. Y qué maravilla, en un invidente su manera de “ver” y valorar la importancia de las miradas. Es un ejemplo de enfrentarse a la vida, con sus tremendas dificultades, de forma optimista y agradecida. Su versión, dadas las circunstancias, me habría gustado, más aún que la de Frank Sinatra.
¡Qué bellas canciones!.
Strangers in the night:
…Extraños en la noche intercambiando miradas
…algo en tus ojos era tan atrayente
…el amor estaba a una mirada de distancia
…enamorados a primera vista.
Y la letra What a wonderful world” Un maravilloso mundo
Veo árboles verdes , rosas rojas tambien
los veo florecer , para mí y para ti
y pienso que es un maravilloso mundo
Veo cielos de azul y nubes de blanco
El día glorioso y brillante, la oscura noche sagrada
y pienso que es un maravilloso mundo
Los colores del arco-iris son tan hermosos en el cielo
son tambien las caras de las personas que van por ahí
Veo amigos estrechándose las manos diciendo ¿cómo estás?
cuando en realidad quieren decir te quiero
Oigo bebés llorando, los veo crecer
ellos aprenderán mucho más de lo creen
y pienso que es un maravilloso mundo
Sí, pienso que este es un maravilloso mundo.
(La pongo entera. Creo que es más que significativo.)
Saludos Gelu
P.D.: El bastidor de hojalata, con las sonajas y el borde cortante y semioxidado, atado con alambre en la pierna, casi llegaba a dolerme.
otro tipo que lleva historia dentro
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