La manecillas de un reloj inexistente marcan el paso del tiempo…
Fijarse en los detalles que aparentemente tienen poca importancia es algo que suelo comentar a quienes me preguntan del porqué una fotografía en concreto.
No siempre podemos definir verbalmente aquello que al visualizarlo nos atrae. Nos cautiva y nos hace sonreír casi maliciosamente por saber que hemos capturado algo inusual. Un detalle inesperado. Una sombra que se cruza en nuestro camino ofreciéndonos entrar en un juego donde el misterio de la interpretación es el verdadero protagonista de nuestro logro.
Algunas imágenes que rescato de mis viejos cajoncillos suelen llevar un archivo adjunto. Otras simplemente llevan unas notas donde a grandes rasgos identifico la imagen con algo sucedido.
En esta en concreto, me encontraba acompañado de una dama, cuyo nombre no pienso dar por aquello de la caballerosidad que uno acumula a fuerza de leer el Quijote. Solo os diré que caminábamos asidos de la mano. Parecíamos enamorados. Tal vez lo estuviéramos. No se.
En mi mano derecha, la cámara, en la izquierda su mano.
.- Te has fijado en esa vieja persiana.
.- ¿Qué tiene de especial?
.- Voy a hacerle una foto.
.- ¿para que? Mira que es fea y vieja.
.- No te das cuenta… que la sombra le va cambiando el color. Es un reloj preciso y concreto con nuestras vidas.
.- ¡Ah!
Fíjate que sin darnos cuenta… envejecemos mientras la sombra se apodera de la luz.
Se quedó callada. Mirándome fijamente. Me besó y dijo…
.- Mira que me gustas. Pero cuando hablas así, no entiendo ni papa lo que quieres decir.
Hice la foto, mientras el tiempo apenas había recorrido una de las líneas de la vieja persiana. Seguimos caminando. En silencio. La vergüenza se había apoderado de mis pensamientos.
Todas las imágenes de este blog están subidas a una resolución de 1024. Con un clic sobre la imagen las veréis a pantalla completa.
No siempre podemos definir verbalmente aquello que al visualizarlo nos atrae. Nos cautiva y nos hace sonreír casi maliciosamente por saber que hemos capturado algo inusual. Un detalle inesperado. Una sombra que se cruza en nuestro camino ofreciéndonos entrar en un juego donde el misterio de la interpretación es el verdadero protagonista de nuestro logro.
Algunas imágenes que rescato de mis viejos cajoncillos suelen llevar un archivo adjunto. Otras simplemente llevan unas notas donde a grandes rasgos identifico la imagen con algo sucedido.
En esta en concreto, me encontraba acompañado de una dama, cuyo nombre no pienso dar por aquello de la caballerosidad que uno acumula a fuerza de leer el Quijote. Solo os diré que caminábamos asidos de la mano. Parecíamos enamorados. Tal vez lo estuviéramos. No se.
En mi mano derecha, la cámara, en la izquierda su mano.
.- Te has fijado en esa vieja persiana.
.- ¿Qué tiene de especial?
.- Voy a hacerle una foto.
.- ¿para que? Mira que es fea y vieja.
.- No te das cuenta… que la sombra le va cambiando el color. Es un reloj preciso y concreto con nuestras vidas.
.- ¡Ah!
Fíjate que sin darnos cuenta… envejecemos mientras la sombra se apodera de la luz.
Se quedó callada. Mirándome fijamente. Me besó y dijo…
.- Mira que me gustas. Pero cuando hablas así, no entiendo ni papa lo que quieres decir.
Hice la foto, mientras el tiempo apenas había recorrido una de las líneas de la vieja persiana. Seguimos caminando. En silencio. La vergüenza se había apoderado de mis pensamientos.
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Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
.."Fíjate que sin darnos cuenta… envejecemos mientras la sombra se apodera de la luz." Es tan cierto... Lux fugit... Tempus fugit..y contra eso nada se puede hacer.. captarlos, rescatarlos de entre los cajones.. del recuerdo..
ResponderEliminarUn beso, Jan.
Yo tambien te hubiera besado... por lo loco y maravilloso que eres. Besotes, M.
ResponderEliminarCreo que quizás hablaban distintos idiomas...o a ella la faltaba agudizar un poco su sensibilidad visual! jejeje...en tus fotos, en cambio, hay mucho de eso!!!
ResponderEliminarun abrazo!
Hombre yo besarte...no creo... pero la parrafada que le endosaste a la chiquita es de órdago.. la vida comparada con un sombra que nace, crece y lo oscurece todo...llevas razón...
ResponderEliminarSi no fuera imposible, podría jurar que esta escena la he vivido yo.
ResponderEliminar¡Vaya reloj que descubriste, Jan!
ResponderEliminar¿Nunca te han dicho que eres especial? ;-)
Un abrazo.
Antón.
El objeto más insospechado se convierte en recipiente del tiempo cuando lo fotografiamos. Y si ademas vamos asidos a otra mano la poesía está servida. No necesita de otros ingredientes.
ResponderEliminarQué reflexión tan acertada.
ResponderEliminarQué bonito relato de la situación..
La foto fiel reflejo del relato.....
Feliz lunes
Qué suerte poder ver las cosas con una mirada tan especial.
ResponderEliminarAbrazo
Buenas noches, Jan Puerta:
ResponderEliminarCuando regrese a mi casa de las vacaciones, iré marcha atrás y leeré despacio todas tus entradas, fijándome bien en las fotografías.
La historia de este rompecabezas solar, con la luna llena que brilla ahora, es realmente preciosa.
Saludos. Gelu
Querido Jan: Voy a tomarme la libertad de tomarte prestada esta persiana tuya para mis fines siempre malvados e inconfesables, aunque citaré la procedencia.
ResponderEliminarUn abrazo.