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Segunda parte. Capítulo IX.
Segunda parte. Capítulo IX.
Sancho ha intentado por todos los medios persuadir a Don Quijote de ese encuentro con Dulcinea, estando presentes los tres. El motivo, más que conocido y comentado aquí.
A pesar de las negativas constantes de su hidalgo caballero, él persiste en sus intentos, hasta que encuentra las palabras necesarias en el preciso momento. Me sorprende el que lo consiga. Pero en los siguientes capítulos entenderemos, tal como dice Pedro que sin este punto, la historia escrita por Cervantes tendría una dudosa continuidad.
Las palabras utilizadas por Sancho para conseguir que la historia mantenga su futuro son dignas de volverlas a leer…
“Señor, ya se viene a más andar el día, y no será acertado dejar que nos halle el sol en la calle; mejor será que nos salgamos fuera de la ciudad, y que vuestra merced se embosque en alguna floresta aquí cercana, y yo volveré de día, y no dejaré ostugo en todo este lugar donde no busque la casa, alcázar o palacio de mi señora, y asaz sería de desdichado si no le hallase; y, hallándole, hablaré con su merced, y le diré dónde y cómo queda vuestra merced esperando que le dé orden y traza para verla, sin menoscabo de su honra y fama”.Me parecen de una gran sagacidad y locuacidad.
Por otro lado, esa frase con la que titulo esta entrada, “Con la iglesia hemos dado” nos vuelve a manifestar la importancia de la dualidad que parece ser la verdadera realidad en la vida de Pancho. Pero esto, aun hemos de leerlo, disfrutarlo y en algún que otro pasaje… digerirlo.
Una frase que destacaría de este capítulo es la que dice el labrador cuando se da cuenta del tiempo perdido y se despide de ambos… “Y adiós, que ya viene el alba”.
Una frase que destacaría de este capítulo es la que dice el labrador cuando se da cuenta del tiempo perdido y se despide de ambos… “Y adiós, que ya viene el alba”.
Pie de foto
Hace unos días visite a un amigo aquejado de una subida de presión que se ha complicado un poco y lo mantiene en cama. En otras ocasiones lo había visitado y al no entrar en su habitación nunca caminé por el pasillo que me llevaba a la misma. En él, la figura de Don Quijote y Sancho, cuelga de la pared en una verdadera obra de arte realizada en cobre.
En Chile, el cobre es utilizado para cientos de trabajos donde hábiles artesanos son capaces de desarrollar y crear escenas de todo tipo.
También dispone de un segundo trabajo alegórico al Quijote. También en bronce. Pero en esta ocasión, es Cervantes, pluma en mano escribiéndolo a la luz de una candela. Espero que Santiago, se reponga lo mas pronto posible y pueda hacerle una fotografía al lado de este hallazgo. Merecen posar juntos.
¡Animo amigo!
En Chile, el cobre es utilizado para cientos de trabajos donde hábiles artesanos son capaces de desarrollar y crear escenas de todo tipo.
También dispone de un segundo trabajo alegórico al Quijote. También en bronce. Pero en esta ocasión, es Cervantes, pluma en mano escribiéndolo a la luz de una candela. Espero que Santiago, se reponga lo mas pronto posible y pueda hacerle una fotografía al lado de este hallazgo. Merecen posar juntos.
¡Animo amigo!
Es curiosa la utilización de ciertos pasajes del Quijote, para poner en manifiesto el desacuerdo político con el gobierno a finales del siglo XIX.
En la portada de la edición de tarde de la Vanguardia del miércoles día 28 de agosto de 1984, encontramos una buena muestra de ello.
Después de leer cada capitulo de la obra de Cervantes, me apetecería tomar un licor oriental. Tal como se anuncia en la misma portada. Pero no lo encuentro en ninguna licorería de las que visito. ¡Cachis!
Copyright© By Jan Puerta 2009
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSeguro que lo encuentras... (el licor ese). Y, sí, con la iglesia hemos topado, querido Jan. Precioso ese cuadro en cobre de nuestros héroes. Espero que tu amigo se mejore.
ResponderEliminarVolveré con calma para ver el artículo de "La Vanguardia". Besotes, M.
Me quedé prendada de esa Vanguardia! las publicaciones antiguas tienen una rara atracción sobre mí. Es como si me transportaran a una realidad lejana que no comprendo y a la vez me cautivan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Doble deseo : Que se reponga y pose tu Amigo junto a nuestro Cervantes...Y que sigas encontrando estos tesoros en las Hemerotecas..
ResponderEliminarUn beso, Jan.
¿y gusto a qué habrá tenido ese licor?
ResponderEliminarExcelente, excelente, excelente. Hablaremos de la frasecilla el lunes...
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay¡¡¡ la frasecilla...que todos nos hemos cebado con ella...que bien traídas las imágenes...
ResponderEliminarla frase del labriego...es como una continuidad del deseo del autor: que salgan de la ciudad....
Un abrazo amigo( y salud para el tuyo)
He vuelto a leer la "Crónica" de "La Vanguardia" y me ha parecido leer un artículo actual. Me ha dado un repelús... Besotes, M.
ResponderEliminarMe gusta cómo has destacado el trance del escudero.
ResponderEliminarEs cierto que Sancho se echaba a temblar cuando amanecìa: ¿cómo iba a reconocer a Dulcinea si nunca la vio?.
Y la resolución del Sr Cervantes, cuando decide que el emamoramiento de don Quijote es de oídas....
Sancho se apunta y dice que én de oídas tambien. Pues que dios les conserve el oído...
Paso a ver al can Alma
Hola Jan:
ResponderEliminarQue por llegar tarde, me DI con la Iglesia en las narices, cuando me quise TOPAR con tu frase en esta entrada....
¿El licor? Quizás lo encuentres en el bar que frecuenta Cornelivs, creo que tiene de todo.
Espero que tu amigo se mejore.
Y el bronce-cobre arrepujado me recuerda las clases de artesanias en el colegio, allá lejos y hace tiempo.
Un fuerte abrazo