Instrucciones para la lectura de esta entrada. Primero accionar el play que nos permitirá adéntranos en Paris, un mes de abril.
Dejar sonar la música e introduciros en la melancólica melodía. En segundo leeremos pausadamente la entrada sin intentar comprender ningún mensaje subliminal. Y en tercer lugar, volverlo a leer, haciendo hincapié en la comprensión de la palabra tristeza dentro del entorno en que uno mejor puede asignarla. Cuando se termine la canción si aun estáis aquí, dejarme algún comentario aunque este, sea triste o melancólico.
Hay días que al despertar, el café, por muy cargado que lo haya preparado no me activa lo suficiente para defenestrar la tristeza que me envuelve.
Entonces, solo entonces, como última y única esperanza para mi asentida existencia, salgo a la calle, y una vez en ella, cierro los ojos, estiro los brazos en cruz lo más que puedo al tiempo que grito como si en ello me fuese la propia vida… ¡Vive la tristessa!
Abro los ojos y miro a mí alrededor. Hay personas anónimas que me miran, observan, critican y caminan sus vidas con los rostros expresivos de melancolía, incertidumbre, perplejidad, absurdez, vaciedad y lo más preocupante si cabe, es que se vuelven incapaces de reaccionar ante lo vivido.
Viendo el panorama me dirijo feliz a mi casa. Recuerdo que aun quedaban un par de buenos sorbos de café. Sin duda, los mejores.
Sentado en el sofá, aprovecho para dejarme llevar por las notas de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong rememorando un abril en París.
Siempre he preferido una y mil veces mi estado de ánimo a lo visto en la gente normal que no comprende y menos entiende mi melancólica tristeza.
¡Vive le tristesse!
Con un clic sobre la imagen las veréis más grandes.
Copyright © By Jan Puerta 2010
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
melancólica tristeza...si, un rato...hacerse un ovillo en la cama, tal vez, esperando que alguien o algo venga a rescatarnos...imposible. la única solución es levantarse (antes de que la cama nos coma definitivamente) y salir. sobre todo salir de uno mismo y mirar...y a lo mejor, salir a sacar fotos.
ResponderEliminarCasi molesta que nos intenten 'robar' estos momentos, tan necesarios a veces, que nos hacen más humanos... más libres... más "persona"
ResponderEliminarabrazo solidario, Jan
París, abril, tristeza. Hay toda una novela dentro.
ResponderEliminarEsa tristeza tan intensa que lo llena a uno de vida.
ResponderEliminarPreciosa entrada, querido amigo.
ResponderEliminar¡Como me ha gustado! Es una de las mejores entradas que he leido sobre la tristeza, que es la melodia de fondo de esta sinfonia prosaica, ramplona, gris y triste que es la vida.
Un enorme abrazo...!
Buenas noches, Jan Puerta:
ResponderEliminar1.-"...como última y única esperanza para mi asentida existencia, salgo a la calle, y una vez en ella, cierro los ojos, estiro los brazos en cruz lo más que puedo al tiempo que grito como si en ello me fuese la propia vida… ¡Vive la tristessa!
2.-"...lo más preocupante si cabe, es que se vuelven incapaces de reaccionar ante lo vivido."
3.-"...me dirijo feliz a mi casa..."
4.-Mi conclusión es que eres feliz en su compañía. Se han instalado de algún modo contigo.
5.- Te pongo un enlace. No sé si me repito y ya te la he puesto en otra ocasión, porque me gusta tanto como la canción que tú has elegido.
Buongiorno tristezza
¡FELIZ AÑO NUEVO!
Saludos.
Te entiendo y sé muy bien de lo que hablas.
ResponderEliminarUn abrazo