Me levanto como siempre. Temprano. Café en la cafetera italiana. Al tiempo que lleno el termo de té verde. Cargo el material fotográfico en la vieja combi del 82. La pongo en marcha y la dejo al ralentí para que el motor adquiera la temperatura necesaria y así obtener su óptimo rendimiento. Limpio los cristales y los espejos retrovisores con alcohol. …
La calle está vacía. Ni siquiera, los muchos perros callejeros hacen acto de presencia. Su jornada diaria es dura y compleja. La noche es su mejor aliado para equilibrar su mísera existencia.
Empiezo a conducir y observo que las copas de los árboles están dominadas por una neblina en continuo movimiento. El humo sale de una chimenea cercana donde se cuece con leña el pan diario. La suave brisa, la frondosidad de los plátanos orientales, la luz de las farolas y la imaginación que tiene uno a estas horas de la madrugada me obligan a detener por unos instantes el vehículo, buscar el mismo encuadre con el cual me sorprendió la calle y realizar una fotografía sin necesidad de montar el trípode. Subo el ISO hasta donde el ruido (moderno grano fotográfico) es visualmente correcto y apuntalo la cámara entre la hendidura de la puerta de la combi, habiendo colocado previamente un cojín entre la misma para evitar vibraciones innecesarias. No es la primera vez que utilizo este pequeño truco.
Hago una sola toma. Es un ejercicio mas por volver a la normalidad fotográfica que tanto añoro de antaño, donde uno debía de controlar siempre la realización de la fotografía por las razones obvias del costo y además por tirar de oficio. Verdadero baluarte del fotógrafo.
Me voy sin visualizar la fotografía. No es necesario.
Mientras me alejo, la falsa niebla se va disipando en el cielo y una extraordinaria noche estrellada me acompaña durante las dos próximas horas que me permitirán desplazarme hasta donde tengo pensado recibir las primeras luces del nuevo día. Vivir bajo uno de los cielos más limpios del mundo es un privilegio que no todo el mundo sabe apreciar y mucho menos agradecer.
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Copyright © By Jan Puerta 2010
Texto y fotografías con copyride del autor
La nostalgia se rinde ante la eficacia.
ResponderEliminar...soberbia...saludos...
ResponderEliminarhermosa!
ResponderEliminarHola Jan:
ResponderEliminarMuy buena fotografía
Mientras leia iba imaginando lo que relatas.
Sabes el aire puro es el mejor regalo de la madre tierra.
Y como tu dices es un privilegio.
Una abraçada desde Valencia, Mntserrat
Jan. Agradezco tu visita y comentario en mi blog, desde el vengo a visitarte y al leerte me he dicho...!Aquí me quedo!... te sigo amigo, me encanta lo que escribes y tus imágenes.
ResponderEliminarUn saludo y gracias.
El relato y esa calle son poéticos, Jan, que belleza. Y tienes razón, en demasiadas ocasiones no agradecemos lo suficiente el cielo limpio, o la brisa de la mañana o esa calle vacía que despierta la imaginación. Pequeñas cosas, pero tan grandes momentos ...
ResponderEliminarun abrazo
Preciosa!! Parece una calle de los años 50 en una peli de blanco y negro, o sepia... :))
ResponderEliminarBuenísimo el truco del cojín, me lo apunto.
un beso y feliz año
Al buen fotógrafo le basta una toma única, como era anters.
ResponderEliminarBella oscuridad...
ResponderEliminarMe encantó tu blog! Tienes unas fotografías preciosas y una manera de relatar las cosas, atrapante.
ResponderEliminarFelicitacione sinceras!
Saludos desde la ptagonia argentina.
Olá, querido!
ResponderEliminarSeu blog é maravilhoso...
Difícil dizer o que encanta mais, se são suas palavras ou as imagens...
Na verdade, acho que é o conjunto, a sintonia, a harmonia de ambas!
Beijos!
Mientras te leía me he visto haciendo también esta foto a la antigua usanza, y he sentido la misma emoción sin importancia.
ResponderEliminarMagnífica entrada , Jan.
Obligatorio el verla en grande, la fotografía transmite tantas sensaciones...
ResponderEliminarAhora sí. He leído y visto esta entrada varias veces y no ha sido hasta hoy lo de dejar huella.
ResponderEliminarCurioso y práctico lo del cojín en la puerta del coche. Como ya sabemos, de la falta de medios nace la mayor solvencia, no hay duda.
En lo de la foto me he visto reflejado porque yo he dado marcha atrás en más de una ocasión. Al principio fotografiaba donde detenía el coche, pero la foto estaba atrás, la vi en su sitio y a su sitio hay que volver.
Me ha gustado pasear por los enlaces y volver a ver tu eclipse, que aunque estuvo para todo el mundo, ahora es sólo tuyo.
Me llama la atención éso de dar el grano justo. A veces subexpongo voluntariamente una foto a isos altos para generar el ruido con la cámara (mejor siempre que en la edición), pero eso de acertar en la medida se me escapa, seguro que por no contar con experiencia analógica seria.
En cualquier caso, estas entradas me encantan y me hacen reflexionar, por lo que son doblemente provechosas.
Buenos días, noches para ti.