Las apariencias, simplemente engañan.
Observamos, vemos y nos dejamos llevar por nuestras emociones.
La imagen puede sugestionar nuestra mente ávida de ver maravillosas puestas de sol o enigmáticas salidas de la luna.
La imagen corresponde a un incendio que calcinó unas mil hectáreas de bosque nativo en poco más de doce horas. Más de la mitad de los arboles reducidos a cenizas eran centenarios. Si tuviera que definir con palabras la imagen obtenida, la consideraría maravillosamente sobrecogedora.
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Copyright © By Jan Puerta 2010
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Cada año se queman miles y miles de hectáreas de árboles por descuido de la gente: colillas de cigarrillo, brasas mal apagadas o restos de botellas... ¿Cuándo aprenderemos a respetar y a cuidar a Nuestra Madre Naturaleza?
ResponderEliminarTu foto: sobrecogedora...
La belleza de la destruccion.
ResponderEliminarParece menrtira Jan, quién lo diría.
ResponderEliminarContraste espectacular, quizá sea eso la vida.
Lo que ratifica que nuestra comprensión depende del contexto. Aún así la imagen es realmente hermosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
De estas veces en las que se plasma esa belleza que tienen los atardeceres. Enhorabuena!
ResponderEliminarexacto! "maravillosamente sobrecogedora"
ResponderEliminaresa sensacion le hemos vivido en Galicia durante mucho tiempo, por desgracia seguimos siendo participes de estos bellos pero agonizantes atardeceres...
un bico
Los incendios forman parte de la naturaleza. No son pocos los que aseguran que son necesarios, aunque a mí particularmente me aterran. El fuego en el monte es muy peligroso y los modos de combatirlos con eficacia en muchos lugares está prohibido. ¿No has oído eso de que el fuego se apaga con fuego?
ResponderEliminarEn cuanto a la foto, el fotógrafo de naturaleza no fotografía paisajes bellos, espera en ellos las luces y las condiciones atmosféricas que lo hagan único, y esta imagen es un ejemplo perfecto, a pesar de ser provecho de una tragedia. Esta es de la foto que merece la pena ampliar para dominar un salón.
Mi enhorabuena para ti, y mis condolencias por la pérdida de masa verde.
Triste belleza para reflexionar. Un saludo.
ResponderEliminarHola jan: a mí los incendios me producen pavor. Es algo que no puedo reistir, y cuando leo que en Amazónia su sigun talando selva, me pongo a cien.
ResponderEliminarQue lástima, que los que haríamos las cosas mejor, (creo), no podemos, y los que pueden les interesan mucho más los dineros que van a parar a sus bolsillos.
Espectacular fotografía.
una pena que la belleza de está foto, sea la quema de tantos árboles, una verdadera lástima lo que está ocurriendo con demasiada frecuencia. Un abrazo amigo Jan
ResponderEliminarNadie diría que de la destrucción más devastadora pueda surgir esta imagen tan bella.
ResponderEliminarEn la tragedia también podemos encontrar belleza.
ResponderEliminarUn abrazo
Buenas noches, Jan Puerta:
ResponderEliminarEnorme brasa,
sólo bella a distancia,
terrible en la cercanía.
El sol se oscurece,
y el aire,
lleva lluvia de ceniza.
Se huele el fuego arrasador.
Saludos. Gelu
Las apariencias engañan.
ResponderEliminarTienes toda la razón, Jan. al contemplar la fotografía te quedas absorto ante la belleza del momento captado.
ResponderEliminarPero, al leer tu información, la emoción cede lugar al desencanto.
Captar esa belleza al precio de ver quemarse el monte, es injusto.
Un abrazo.
Como la vida misma, morir para crear belleza.
ResponderEliminarMi querido amigo filósofo, te visito en cada entrada y hablo menos veces, pero no dudes que aquí estoy :)
dos abrazos y un beso
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