Hace unos siete mil años se inventaros las primeras sombras chinas. Esto, por el contrario de lo que su etimología sugiere, sucedió en la Isla de Java. En Indonesia.
En los años sesenta del siglo pasado, me gustaba ir de visita a casa de mi tío. Entre él y mi Padre, improvisaban un pequeño teatro de lo absurdo, donde no podían faltar las sombras chinescas. La tortuga, el conejo, el perro… Y cada una de las figuras me hacía reír. Claro que si un día cualquiera, al caminar por la calle descubriese que mi sombra... era la de un cordero muerto, seguramente aun estaría traumatizado y solo saldría de noche, cuando todos los gatos son pardos o cuando llueve copiosamente, por la ausencia de las malas sombras.
Las imágenes de este blog están subidas a una resolución de 1024.
Con un clic sobre la imagen las veréis a pantalla completa.
Copyright © By Jan Puerta 2009
Texto y fotografías con copyride del autor.
Apreciado Jan:
ResponderEliminar¡Que mágicos recuerdos me has evocado!
Yo también he jugado a las sombras chinescas, repitiendo unas e inventando otras. La imaginación era dueña de nuestras fantasías.
Un fuerte abrazo y feliz Navidad.
Yo también me asustaría!
ResponderEliminarHace poco me mandaron un mail con un video de sombras chinescas maravilloso!
Gracias por pasar por mi blog.
Te dejo un abrazo de paz para estas fiestas y mi deseo de felicidad para ti.
O en días nublados, sin sol, en que la sombra no se proyecta...
ResponderEliminarMe gustan las sombras chinescas, tienen mucho de ilusión y mucho de real.
Un beso.
Hubo una época, cuando mis hijas eran chiquitas, sobre todo en vacaciones, nos divertíamos mucho improvisando e inventando sombras chinescas sobre alguna pared...una diversión sana y además muy creativa!jejejee
ResponderEliminarun abrazo.
Me has hecho recordar cosas preciosas.
ResponderEliminarMuchos besitos.
Esa expresión reconcentrada y esa bolsa que cuelga como una red recién sacada del agua. Yo nunca hubiera visto el cordero, y sin embargo está ahí, como una mascota fiel que nos sigue a todas partes.
ResponderEliminarSiempre atento a la sorpresa. Un abrazo.
HOLA JAN: QUE BIEN HAS CAPTADO ESTA FOTOGRAFIA. LA NIÑA ES PRECIOSA Y LA SOMBRA QUE PROYECTA, BIEN PARECE UN ANIMALITO.
ResponderEliminarLAS SOMBRAS XINESCAS, ESTABAN MUY BIEN, YO TAMBIEN LAS RECUERDO.
SE FELIZ AHORA Y SIEMPRE, TE LO DESEO DE CORAZÓN.
Montserrat Llagostera
A mi las sombras me siguen llamando poderosamente la atención. Bonita historia y una foto cargada de ternura, la niña parece jugar con las formas de su sombra.
ResponderEliminarUn abrazo amigo
¡Qué imagen tan entrañable, Jan!
ResponderEliminarEfectivamente, la niña parece ver el "corderito" en el suelo y está muy pensativa.
Aprovecho mi visita para desearte una muy feliz Navidad, querido amigo y que 2010 vea como se cumplen todos tus sueños.
Un fuerte abrazo.
¿Sabes lo que me fascinaba de niño Jan?
ResponderEliminarCuando mi padre me llevaba al futbol, y veía las cuatro sombras de los jugadores… tarde en entenderlo.
Bon Nadal
Ay, esas sombras, y como nos hacen sufrir a veces, y no de miedo precisamente...!
ResponderEliminarUn abrazo amigo mio.
Descubrir la propia sombra es comenzar a preguntarse por los misterios del mundo.
ResponderEliminarLas sombras chinescas, aunque fuesen de andar por casa, eran una de las diversiones de aquellos años sesenta del siglo pasado. Es verdad: ha pasado mucho tiempo pero dicho así parece aún mucho más.
ResponderEliminarSaludos
Aaaah, pero qué maravillosa fotografía y qué lindos recuerdos. A mí también me encantaban y me siguen gustando las sombras chinas, qué lindos recuerdos has traído a mi presente. Allá a lo lejos, la imaginación lo era todo a la hora de jugar, de sonreír, de ver la vida y pintarla de colores.
ResponderEliminarQué juegos tan avanzados teníamos entonces... Pero nos entretenían.
ResponderEliminarPreciosa niña.
Un abrazo amigo
Cuando la niñez queda al volver la cabeza y si nada en ella nos ha traumatizado, solemos esbozar una sonrisa. Y eso siempre es bueno.
ResponderEliminarAbrazo.
Hola Jan, me encanta la foto que has publicado, es perfecta junto con el texto... ese momento en que la niña descubre su propia sombra y la observa, al principio con recelo para posteriormente jugar con ella...
ResponderEliminarUn abrazo
Una foto muy dulce, Jan, lo que viene a demostrar que no hay malas sombras, sino malos objetos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dejemos que venga la luna y se lleve la mala sombra.
ResponderEliminarVaya... De aquí más de uno saca una novela!
ResponderEliminar:)
J'aime beaucoup!
ResponderEliminarShe doens't understand that +she+ is the shadow.
Ella doens't entender que ella es corta la sombra (?)