Me considero un espectador grafico de todo lo que acontece a mí alrededor. Desde una flor, llena de fragilidad, hasta una persona rodeada de una circunstancia que para mi la hace especial.
Esta imagen, para mi tiene ese significado. El perro, curtido en mil batallas callejeras, había olido al gato. Pero no lo localizaba. Desconocía su situación. El gato, un metro mas elevado, observaba desde su atalaya todos los movimientos llenos de inquietud del can.
Pensé que todo podía acabar mal, pero, al cabo de unos minutos de incertidumbre, el perro siguió su camino y el gato, siguió observando su entorno. Todo lo que por unos momentos había estado entrelazado, se fundía en nuevas experiencias. La vida continúa. Es lo que hay.
Esta imagen, para mi tiene ese significado. El perro, curtido en mil batallas callejeras, había olido al gato. Pero no lo localizaba. Desconocía su situación. El gato, un metro mas elevado, observaba desde su atalaya todos los movimientos llenos de inquietud del can.
Pensé que todo podía acabar mal, pero, al cabo de unos minutos de incertidumbre, el perro siguió su camino y el gato, siguió observando su entorno. Todo lo que por unos momentos había estado entrelazado, se fundía en nuevas experiencias. La vida continúa. Es lo que hay.
"Anécdotas"
La ley de la vida, encuentros y desencuentros, reacciones y acciones que no dejan de sorprendernos desde nuestra propia visión. De sabios sentarse y observar sin intervenir y aprender de ello.
ResponderEliminarSaludos
La mirada del perro hacia el infinito....la mirada del gato observando los movimientos del perro...toda una enseñanza...me encantó!!
ResponderEliminarCreo que a veces en la vida hay que esperar...ver que pasa, no adelantar situaciones...
Esta foto me encantó, realmente tierna.
Y malo si no continúa... Bonita imagen ;)
ResponderEliminarMuuuuacks!
Curiosa imagen.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias por tu visita a Cuspe de Pita.
ResponderEliminarMe gustan mucho las fotos y los textos de tu blog.
Saludos
Completamente de acuerdo.
ResponderEliminarHay miles de historias de perros y gatos.
ResponderEliminarPoder compartirlas a través de imágenes como esta es algo exquisito.
Un abrazo desde la primavera.
Antón.
Episodio de conflicto que se torno en tránsito.
ResponderEliminarSaludos.
eres un gran espectador gráfico, sublime y sin alaracas , con fuerza en si misma, como las buenas fotos
ResponderEliminarsaludos brujos
Llevas toda la razón... la vida continúa a pesar que nosotros así no lo deseémos...
ResponderEliminarbesitos grandotes....
Es lo que hay: cruce de vidas y azar. Me gustan más los perros que los gatos, aunque parezcan menos inteligentes.
ResponderEliminarMagnífica foto de esas de ir con los ojos bien abiertos por la calle.
Los perros canalizan casi todas sus percepciones a través del olfato y el oído. Los gatos tienen mejor vista.
ResponderEliminarSaludos.
La vida es asi de caprichosa, nos hace interactuar con cosas una y otra vez, siempre a su antojo.
ResponderEliminarSeguro que no es la primera vez que estos animales se encuentran en esta situación.
Un saludo.
Curiosa foto. Felicidades por ella!!!
ResponderEliminarUn saludo desde "Jaén. Bella ciudad de luz"
...me encanta la foto, es toda una historia...que podía haber terminado en persecución...pero no...me encanta el gato, no pierde detalle por si hay que correr jajajaja...un abrazo...
ResponderEliminarHola, Jan. Si los gatos tienen siete vidas, en algo se tiene que notar tanta experiencia. Supo ser paciente sin adelantar acontecimientos. Al final la presunta amenaza quedó en nada. Ya podríamos aprender de ese gato que ante cualquier eventualidad nos ponemos en lo peor. A mí, la experiencia también me enseña que casi siempre no es así. Un abrazo.
ResponderEliminara mi se me caen los tópicos día a día... uno de ellos, cuando descubrí que mi gata, se lleva muuucho mejor con perros que con otros gatos...
ResponderEliminarBeeeeso
Buenísima la anecdota y la foto. La mirada del gato lo dice todo.
ResponderEliminarUn saludo
Una imagen genial.
ResponderEliminarUn saludo
cuando mi hermana y yo poníamos de los nervios a mi madre, ésta solía decirnos que nos llevavamos como el perro y el gato en vez de como hermanos. al leerte no pude evitar sufrir una regresion a los felices años infantiles. como siempre tienes un olfato especial y el don de la oportunidad, o quizá seria mejor decir que te adelantas a lo que ya sabes o percibes que va a suceder. saludos
ResponderEliminarAsí andamos. Tenemos tantas veces el objetivo tan cerca de nosotros que no acertamos a verlo. Cosa que por cierto a ti no debe de ocurrirte muy a menudo. No dejas escapar una.
ResponderEliminarQué preciosa contraposición de planos. La atalaya del gato no puede ser más apropiada, una selva oxidada para un felino que no ha perdido su instinto.
Un disparo perfecto, qué coordinación, además de composición.
ResponderEliminarViéndola me ha venido a la cabeza, como un fogonazo, un recuerdo de niñez sobre perros y gatos que, con tu permiso, voy a contarte.
Pasaba las vacaciones en casa de mi abuelo, casa castellana con amplio patio-corral, donde reinaba su perro. También frecuentaba la casa un gato que siempre evitaba tocar suelo. Si alguna vez lo hizo en mi presencia, el perro se transformaba en una fiera ciega por matar. Lo típico, vamos, entre perros y gatos.
Hasta que una mañana me obligó a levantarme antes que nadie, incluso antes que mi madre, mi vegija. He de decir que el baño era reciente y estaba fuera de la vivienda, en el corral. (Como me enrrollo). Cuando abrí la puerta silenciosamente, para no despertar a nadie, me quedé petrificado más de tres minutos, allí con la puerta apenas abierta, viendo cómo el perro paseaba tranquilamente por el patio, dando vueltas, con el gato cómodamente tumbado en su grupa.
A ver si estos dos estaban disimulando porque tú estabas delante.
Un admirado saludo.
Y la vida es así...
ResponderEliminarDespués de una situación todo sigue y la vida... también.
Besos y buena semana
meu quedeau con el gatico miau
ResponderEliminarjajajaja
son entes maravillosos y muy muy inteligentes