Los barrotes impedían que pudiera salir libremente de la celda donde había pasado unos cuantos años. La vida de un recluso es dura. Incomoda y llena de circunstancias que hacen plantearse constantemente si vale la pena seguir. Constantemente se debatía entre dudas de todo tipo.
¿Me levanto o me quedo sentado? Mejor escribo… o tal vez ¿leo un rato? Parecen dudas banales. Sin importancia. Pero cuando estas encerrado entre cuatro paredes irregulares, las cosas se ven diferentes.
Por megafonía pronunciaron su nombre. Dobló las dos sabanas y las dos mantas. También el cubrecama. Lo dejó todo encima de la cama, junto a la almohada. Se quedó un rato delante de la puerta. Los barrotes blancos estaban a punto de abrirse. Lo acompañaron hasta la puerta grande de la salida. Lo despidieron con una frase fría y absurda…
.-Esperamos no volver a verle nunca por aquí.
Atrás quedaba el sonido de un cerrojo. Un golpe seco que cerró para siempre los últimos años. Años perdidos.
Salió sin mirar atrás. Ni siquiera miró de reojo. Solo caminó. Un paso sucedía a otro. Una cadencia uniforme que lo alejaba de su propio infortunio. Su rostro era inexpresivo. Su futuro incierto. Sus pasos, perdidos. Sin saber como se detuvo. Se encontró frente una pared. El sol le había jugado una mala pasada con las sombras. Creyó ver barrotes donde solo había la penumbra de las tejas. Allí se quedó. Inmóvil. De nuevo lleno de dudas. Si saber que hacer. Solo debía de esperar una nube que borrase los barrotes imaginarios. Pero antes de que llegase cualquier celaje oportuno, cayó la tarde. El sol se escondió en el horizonte y los barrotes desaparecieron. Quizás para siempre.
“Microrelato 070”
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Esta serie de microrelatos pertenece a un pequeño libro no publicado (como otros) donde los microrelatos no superan las trescientas palabras.
Pues yo no se decirte tampoco cual es la extensión adecuada pero sí puedo decirte que me ha encantado.
ResponderEliminarEscribes estupendamente. A mí me encanta. Muy descriptivo y casi siempre por no decir siempre haciendonos reflexionar sobre cosas importantes que en nuestro día a día pueden pasar desapercibidos.
Bueno mis palabras son mas torpes pero me dan para decir que escribes unos relatos maravillosos. Y que no se porque no llegan a publicarse porque deberían hacerlo.
Un saludo y perdón por el ladrillo. ;)
Querido amigo:
ResponderEliminarCreo que la extensión adecuada de un microrrelato es la que contenga la mayor intensidad posible y, desde luego, eso tú lo consigues.
En este, además, tengo que destacar la imagen que lo acompaña con esos barrotes realimaginarios que sugieren lo que podría ser el centro de la libertad.
Es un placer visitrate.
Gracias y un fuerte abrazo.
La verdad es que sería en lo último en lo que pensaría, si hablamos de la extensión de un microrelato.
ResponderEliminarEl caso es que éstos tuyos dejan tan buen sabor de boca como uno que sea macro, maxi, super, o como sea que se clasifiquen los relatos en cuanto a su extensión.
Me gustaría verlos juntos, en ese libro.
Un admirado saludo.
Precioso...me llegó..como siempre todo lo que escribes y describes con tanta intensidad...tanto talento...
ResponderEliminarabrazos
Me ha encantado este relato de ese esperar la libertad ansiada.. y que llegue casi cuando cae el sol con el manto de la noche ,sintiendose libre bajo las estrellas...
ResponderEliminarYo creo que la extensión adecuada de un microrelato es expresar al máximo de sentimientos ,pensamientos en las menos palabras posibles, si eso se consigue es perfecto.. y con este lo has hecho..
Un saludo
Además de tomar buenas imágenes escribes de maravilla.
ResponderEliminarUn beso artista.
Akiar…
ResponderEliminarUnos dices 150 palabras. Otros, trescientas. Unos diez líneas, otros veinte. En fin seguiremos escribiendo. Según la necesidad, claro.
Gracias por lo que dices. Creo que todos escribimos y nos expresamos bien. Pero a veces no creemos en nuestras propias posibilidades.
Un fuerte abrazo
Elefante… Amigo.
ResponderEliminarSabias palabras como siempre.
Tu visita es un estimulo.
Un abrazo
Este, Jan puerta, como muchos otros, es un magistral microrrelato. Enhorabuena, me ha encantado, una vez más. Saludos!
ResponderEliminarJosh…
ResponderEliminarA ver si los dioses que dominan el habitat literario creen necesario tener en su nomina a esta pluma errante y le dan un espacio mínimo en su ambiente.
Ojala.
Un abrazo amigo.
Carmensabes…
ResponderEliminarGracias. Que más puedo decir.
Un fuerte abrazo
Esther…
ResponderEliminarGracias por mostrar tus sentimientos aquí. Son necesarios.
Un fuerte abrazo.
En cuanto a la extensión, la pregunta la formula, al leer dos bases de un concurso literario donde el tema es un microrrelato. Los dos, hablan de diferentes extensiones.
Gracias Lara.
ResponderEliminarAlguien me dijo que para escribir mejor, uno tiene que tener buenos lectores. Yo los tengo. Pero aun no se si escribo bien.
Un abrazo
Moderato…
ResponderEliminarGracias. Me alegra que tu estancia aquí no te deje mal sabor de boca.
Un abrazo
hay celdas interiores que son difíciles de aguantar...
ResponderEliminarmuakismuakis
felíz fin de semanita
No se cual debería de ser la extensión de un microrelato, pero tu has conseguido llenar éste con un bonito mensaje.
ResponderEliminarBesos y buen finde
Hola, Jan. Bonita foto y precioso relato. Muy fluido y bien terminado. La cuantificación creo que es irrelevante, un microrrelato es este porque se me ha hecho corto, como los buenos momentos.
ResponderEliminarLo de los concursos es un caso aparte, cada uno tiene sus criterios y si te dan un premio, al final sólo significa que tu obra ha gustado a los que la juzgaron y que otros jueces con otros gustos seguramente encontrarían otros ganadores diferentes. Es todo tan relativo... y volviendo a la extensión, supongo que hay una gran variedad de extensiones que pueden considerarse cortas. La que ellos pidan quizá tenga que ver con el espacio reservado para publicar los ganadores. Un fuerte abrazo.
P.D.: Francisco Ibáñez después de 50 años dibujando a Mortadelo y Filemón dice que no sabe dibujar y si tú dudas de si escribes bien pues ya tienes mucho ganado que el que ya lo sabe todo poco puede aprender y eso sí que es aburrido.
Muchas o pocas, cuando son buenos como los que tu escribes siempre parecen cortos.
ResponderEliminarBuen relato y original fotografia.
Un saludo.
Los barrotes no me gustan ni un pelo, aunque los produzca una sombra.
ResponderEliminarBuena foto y buen relato.
los barrotes más difíciles de atravesar son los que uno mismo se crea...
ResponderEliminar(me gusta mucho ésta foto, me resulta muy "metafórica")
Un abrazo
Es un relato muy bueno Jan, es dificil a veces superar el enemigo del pasado y borrar completamente las sombras.
ResponderEliminarAbrazos
Me gusta el relato y me gusta la foto de las tejas proyectando rayas de sombras paralelas.
ResponderEliminarPara uno que pasó tiempo entre rejas pueden parecerlas.
Un saludo
Fuerte imagen. Indudablemente y aún cuando se consiga la libertad, la herida del encierro es de por vida.
ResponderEliminarSaludos Cordiales.
Pues es uan reflexion como la veo que uno puede hacerce su propia prision, lo magnifico son los deseos de salir de esa prision.
ResponderEliminarSaludos.
Uf qué complicado ponerse de acuerdo en la medida justa de algo. Pasa igual con "un ratito" para mi un ratito son 15 minutos, 30 hora... pero para mi ex jefe, quedarse "un ratito" era echar la tarde en la oficina.. ja ja Asi que ni idea.
ResponderEliminarSobre la foto... la celda... justo ayer estaba tras unas rejas de un edificio y por fuera pasó un chico y pensé: quien está encarcelado: el que está fuera, o yo que estoy dentro?? (no llevaba mi cámara para captar ese momento...)
Todos nos creamos nuestra propia celda,estamos limitados por barrotes imaginarios de los cuales nos cuesta desprendernos.Necesitamos que alguien se acerque y nos pase la lima,resulta dificil cortar la linea entre la libertad y la reclusion.
ResponderEliminarMe encantan tus microrelatos y las fotos siempre acompañan.
salu2
Un pájaro en jaula, un gato castrado, el árbol en una mesa, un rio contaminado... un hombre encadenado dentro o fuera de los barrotes.
ResponderEliminarYo creo que cualquier extensión es válida si el relato está bien hilvanado y con un final congruente.
ResponderEliminarMe gustó.
Abrazos.
Los barrotes pueden ser de sombra o de luz: cada uno teje su propia carcel sobre el tapiz de una voluntad debilitada.
ResponderEliminarPero no sé por qué escribo esto cuando tú ya lo has hecho con la precisión del artesano (mejor que artista) que no emplea más material que el estrictamente necesario.
Un abrazo.
Luz que refleja la libertad aunque parezca una carcel, ésa queda detrás de los barrotes.
ResponderEliminarHe de decir que desconozco cual debiera ser la extensión física adecuada. Sin embargo, me he quedado con las ganas de saber qué iba a ser de la vida de ese señor o por qué había estado encerrado durante todos eso años perdidos! No es justo!
ResponderEliminarMuy buena foto de acompañamiento. Muy significativa.