Nina no tiene rostro. Tampoco lo necesita. Tiene cuerpo. Y el hombre lo sabe…
.-Muchos días sin venir por aquí “papito”.
Sus dedos, largos como días y suaves como algodón acariciaban el cuello de Nelson. Un joven sin mucha personalidad pero lleno de euros recién traídos del continente.
.-He estado fuera.
Su voz temblorosa, casi infantil, hacia presagiar que pronto sucumbiría a los encantos de Nina. Poco hablaron. Tampoco negociaron un precio. Ni un tiempo de estancia. Ella le tendió la mano. El se la tomó. Caminaron hasta llegar a su casa. El paraíso dicen que es eterno y cuando se entra… tal vez, uno no quiera salir.
“Cien microrelatos”
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Cierto, el paraiso no puede tener rostro, el paraiso no pregunta, no reclama, no devuelve tu imagen, el paraiso es la disolución del propio rostro.
ResponderEliminarRealidad, de esto esta lleno tu relato, que siempre escriben perfectamente tus imagenes.
ResponderEliminarSaludos.
Esto es la realidad.
ResponderEliminarEl paraiso es eterno y cuando se entra...
Besos y buen día
Hola, Jan. Este "vicio" es mucho mejor que el tabaco. Puestos a elegir, me quedo con el paraiso. Saludos.
ResponderEliminarayyyy, HOMBRES!!!
ResponderEliminarSi es que... os dicen Papito y os poneis de un tontorron jajajajajaja me parto yo sola!
Pero aún así texto e imagen, muy muy reales. Me ha gustado
pues que pena que para algunos el paraiso sea eso que describes y además previo paso por taquilla.
ResponderEliminarUn paraíso..tal vez efímero???
ResponderEliminarUn café??
Xuan…
ResponderEliminarUna vez conversé a una chica paradisíaca y me comento que un cliente suyo, le pregunto… -y si no quedo satisfecho, me devolverá el dinero- Ella le contestó… -eso no sucederá “papito”-
Desde entonces, es un cliente asiduo.
Un abrazo
Abe…
Simplemente, pasaba por ahí y miré. Solo miré, eh!
Un abrazo
Carmen…
Cuando se entra, es mejor salir antes que la tentación te seduzca. O tal vez no.
Un abrazo
Miquel…
Dejemos de fumar entonces! Bonita campaña resultaría.
Un abrazo
Vivemalabar…
A ver… dímelo otra vez. Vaaa por fa!
Un abrazo amiga
Ripley…
Hace pocos años, un grupo de amigos que finalmente no se presento a unas elecciones municipales, ofrecía en uno de sus puntos, el acceso libre al “puticlub” del pueblo los viernes por la tarde. Era la contestación a otro de los partidos que lo quería quitar del pueblo. Hay gente “pa to”.
Un abrazo
Inkilina…
He llegado a la conclusión que todo es efímero. Hace tiempo que tengo una botella de buen coñac francés (cien años) guardada en la bodega. No la abro porque si me la bebo, se volvería efímera.
Un abrazo
Como la vida misma :) Saludos!
ResponderEliminarAkiar...
ResponderEliminarAl menos eso parece.
Un abrazo
a Nina se le difumina el rostro... ante una mirada de hombre que sólo busca paraísos; sin labios que pronuncien deseos, sin miradas íntimas, sin lazos que aten el ayer con el hoy, el hoy con el mañana...el calor.
ResponderEliminarNo conocia tu blog ¡Lo que me había perdido!
ResponderEliminarLo pones muy difícil, no se si me gustan mas tus fotos, la narrativa o la unión de ambas cosas.
Ya lo tengo en favoritos
Saludos
Hola Juan, gracias por el cometario, la verdad es que subir estas escaleras tipo Rocky habría sido un buen antidoto contra el frio.
ResponderEliminarsaludos
MA
Por cierto muy ilustrativo el grafittin sobran las palabras
ResponderEliminarsaludos
Lo malo y triste es que haya que pagar para estar en el paraíso...
ResponderEliminarel paraiso no se compra...
ResponderEliminarlo triste es ,que el que lo paga si lo cree...
un beso...
ALMA
¡Caramba! todo tiene su precio en esta vida ;-)
ResponderEliminarSaludos.
Antón.
Pues creo que el paraiso se acaba cuando se terminan los dineritos (en este sentido)
ResponderEliminarMuy buena idea y mas las palabras
y como siempre un placer esta aqui
Saludos
esclavo del placer al día siguiente volvió a pasar Nelson , a lo cual Nina le respondió :
ResponderEliminar"Va querer lo mismo de siempre Papito ..."
Parecieran historias sacadas de un libro, pero no estan alejadas de la realidad, suceden a la vuelta de la esquina.
Abrazos
Estoy haciendo una reverencia mientras escribo esto... fantástico descubrimiento tu blog; me gustaría narrar mis fotos la mitad de bien que haces tu con las tuyas... enhorabuena.
ResponderEliminarUn saludo, nos veremos habitualmente.
PD. Gracias por visitar mi blog y por tus comentarios.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar...nunca se sabe donde está el paraiso...pero cuando aparece...es bien dificil querer salir de él...un abrazo...
ResponderEliminarAlgunos clientes tampoco tienen rostro... Y poca alma.
ResponderEliminarSaludos.
Necesitamos no poner rostro a nuestras vergüenzas, necesitamos no recordar unos ojos que nos devuelven el reflejo de lo que somos, necesitamos no reconocer en frente los sentimientos del otro y quedarnos, tan sólo, con el roce de un cuerpo. Cruel y real.
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