El otoño austral ofrece amaneceres y atardeceres fríos pero espectaculares. Y días donde el verano parece no tener fin. Los cambios de temperatura en cinco o seis horas a veces rozan los veinte grados. En ocasiones los superan. Esto hace que si uno sale a la calle a las once del mediodía, deba ir en mangas de camisa y si tiene previsto regresar a casa, pasadas las siete de la tarde, sea imprescindible un jersey como compañero del alma. Ayer viernes, a las diez de la mañana el termómetro marcaba unos frescos once grados. A las cuatro de la tarde, 31. Con estos altibajos, el resfriarse es solo cuestión de pequeños detalles que desgraciadamente no dominamos a la perfección.
A propósito de la imagen de hoy, me vino a la memoria un diccionario que encontré en Google el cual me gusto mucho por su estructura en sus definiciones. Introduje ese viejo refrán que en más de una ocasión hemos usado y que dice “sacar pecho” y ver con qué resultados me encontraba. Aquí tenéis el enlace por si os apetece leerlo o simplemente si queréis hacer alguna prueba con otra palabra. Si miráis la parte final de la página, hay otros ejemplos que bien seguro os harán pasar un buen rato.
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