Seguimos con otro de los personajes de la seria “haciendo amigos”…
Don Pedro ante todo es un caballero. De esos de antes, que tanto abundaban en las películas. Capaz de levantar el ala de su sombrero para saludar o simplemente agachar la cabeza para reverenciar con quien se cruza.
Tiene un desorden de ideas en su cabeza. Pero a pesar de ello, es de conversación fácil. Vive gracias a la caridad de unos pocos que le dan unas monedas a cambio de tener parte de su jardín bien cuidado. De retirar las hojas que caen de los frondosos “plátanos” que hay en la ciudad donde reside.
Con cruzar solo cuatro palabras con él, uno es consciente que detrás de su apariencia, se esconde una historia donde no anidó la pobreza y el nivel cultural no era precisamente vinculante a la persona que ahora vemos. Sin duda, tuvo y de ello retuvo. Aunque no lo comparte con todos.
Para una gran mayoría de personas, Don Pedro simplemente es un pobre loco que vive como puede y algo habrá hecho para estar como esta. La condición humana a veces es tan cruel que trata a sus semejantes como simples seres inferiores por la manera en la que viven o deben de vivir en ocasiones por causas que no han sabido o podido contrarrestar.
Para mí, solo es una persona más. Como lo es la panadera de la esquina, el frutero de enfrente o el empleado de banca que esconde sus carencias bajo una chaqueta y una corbata.
Hay un viejo proverbio nepalí que dice… “Si ves la locura en tu vecino, revisa la tuya frente al espejo”
Un clic sobre el enlace para ver toda la serie.
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