No sé bien el origen de esta frase tan ocurrente. Imagino que algún agricultor maltratado por la sequia, después de regar con agua sacada vete a saber tu de donde, perdió la cosecha por una lluvia torrencial inesperada, que anego sus tierras. O quizás algo parecido pero cambiando el escenario.
El caso es que momentos después de haber realizado la foto de ayer, pude observar como la misma frase se hacía realidad. Llover, llovió poco, pero el que regaba lo hacía como si no le importase y regaba sobre mojado. Teniendo en cuenta que la sequia de este año ha estado demasiado severa, los jardines municipales, agradecerán el gesto de esta persona. Aquí el exceso no es tal, aunque las apariencias digan lo contrario.
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