Bienvenidos

Cada día del año se publica una nueva entrada en este espacio. ¡Gracias! por vuestra presencia!

jueves, 10 de julio de 2008

El club de los jueves: "El vendedor que olvidó la monotonía"

Esta semana el tema propuesto para el club de los jueves tenía que girar alrededor de un vendedor. Esta es mi aportación, con el clásico retraso que me caracteriza últimamente.
“El relato de los jueves que se publica el viernes”. No se a que me suena este eslogan.
Se trata de un relato de ficción. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. La fotografía que ilustra el relato pertenece a un amigo de la feria de Quillota, en la quinta región de Chile que tuvo la amabilidad de dejarse fotografiar mientras le compraba media tienda para llenar las despensas del velero. Le pregunte si siempre había vivido del campo y me contesto…
.-Antes era vendedor.
De ahí nació este relato…


“El vendedor que olvidó la monotonía”

Monotonía... Maldita palabra para uno que se levanta cada día a la misma hora por obligación.
Monotonía… La cafetera siempre me avisa con el mismo ruidito. Empieza a ser molesta.
Monotonía… La ducha al alba cada vez me hace gastar mas agua. Será por rebeldía?
Me miro al espejo y ajusto mi vieja corbata. La misma que me dio suerte un día. La propia que me permitió liderar el ranking de ventas de la compañía. Ensayo mi mejor sonrisa y hago diferentes muecas imaginando las palabras de mi futuro cliente. Hoy me toca visitar al Sr. Montilla. Digo señor, por pura cortesía profesional. Por que si el pudiera leer mis pensamientos, de bien seguro me denunciaría con alguna de esas leyes modernas de hoy en día, sobre el honor y todas esas tonterías que parece molestan a todas las personas menos a los árbitros de futbol. Ay del día en que estos trencillas de negro (ahora amarillo chillón) empiecen a denunciar a espectadores…
Dejo atrás mi apartamento de soltero. Mi leonera que diría mi madre. El redil donde de vez en cuando una figura femenina alegra mis desdichas. Hace dos noches, llegamos de madrugada, con alguna copa de mas. Al levantarse por la mañana me dijo…
.-Tu apartamento parecía mas grande anoche.
No te jode! Hasta la estrecha calle de la Montera de donde la saqué parecía mas ancha!
Me subo al bus municipal y dejo que mi chofer particular me lleve hasta mi destino. Es un privilegio ciudadano que todos deberíamos de usar. Solo hay que mentalizarse como yo lo hice. Claro que domino muchas técnicas de autosuperación y eso no esta al alcance de todos. Me siento como siempre en la parte de atrás. Y dejo que el discurrir serpenteante de la calles me someta a mi diario preferido sobre finanzas y su extraordinario suplemento de prensa del corazón. Abro las páginas centrales y mi sorpresa es mayúscula… Un miembro –nunca mejor dicho- de la aristocracia ha sido fotografiado con sus santas partes al descubierto! Me miro la fotografía atentamente y no puedo dejar de comparar. No entiendo por que no soy de familia fina si atributos no me faltan.
.-Pues no me parecía a mi que tuviera tanto!
Me dice una señora sentada en el asiento posterior.
.-Señora, cuide a su hijo de las malas influencias y si quiere leer gratis, busque en las papeleras!
Le contesto al tiempo que giro mi revista para evitar su inquisidora mirada. Sigo leyendo y casi me paso de parada. Toco con timbre con insistencia y el conductor, mi conductor, me mira con un semblante serio a través del espejo con el que controla sus dominios. Me bajo y mis pensamientos vuelven a jugar con la querida familia del mequetrefe ese que conduce. Como esta el servicio!
Abro la puerta y una sonrisa que ya quisiera encontrar en mi cama en más de una ocasión, me saluda dulcemente…
.-Buenos días señor.
.-Buenos días monada!
Cambia su sonrisa por un gesto serio. No entiendo a las mujeres.
.-Que desea?
.-Vengo a ver al Sr. Montilla. Soy el Sr. López. Santy López. Con “y” griega, señorita?
Al tiempo que descuelga el teléfono, me señala con su dedo índice la placa que descansa sobre su pezón, perdón, seno izquierdo y en ella puedo leer Srta. Montserrat Albioch. Mis pensamientos rompen el instante seductor que precedía a la lectura de su nombre… -Que difícil debe de ser pronunciar su nombre a uno de los “madriles” como yo, con una copa de mas!
.-El señor Montilla le atenderá en un minuto. Tome asiento por favor.
.-Prefiero estar de pie. He venido sentado cómodamente leyendo el diario “expansión” mientras mi chofer se peleaba con el tráfico rodado.
Le enseño la portada económica y cae sobre su mesa la revista del corazón con las salvas partes sobre sus papeles. La situación se vuelve tragicómica por momentos.
.-Ya veo que la cotización bursátil esta al alza!
Dice con gran aplomo.
En esto se abre una puerta y el Sr. Montilla me salva de la situación embarazosa en la que me había metido. Si me firma el contrato, todo será una estúpida anécdota más.
Le doy la mano y cinco minutos después me acompaña hasta la puerta que me ha visto entrar. Se despide de mí. Amablemente dice…
.-Un placer, Sr. López.
Paso por delante de la recepcionista quien sin alzar la mirada me dice fríamente…
.-Que tenga usted un buen día, señor Santy, con “y” griega me dijo, verdad?
Me suena a recochineo. No se por que tienen tanta intuición las mujeres. Ésta, seguro que sabe que no he podido firmar el contrato. No por mi, claro. Si no por que éste hombre, que dice ser de negocios y no sabe ver una buena oportunidad comercial. Seguro que es un enchufado del jefe. Si no es así, no entiendo como esta en un puesto de tanta responsabilidad.
Ese día, empezó mi declive como vendedor en la multinacional que me acogía desde los treinta años. Pasé veinte años haciendo grande a la compañía. Una mañana me dejaron mi jubilación anticipada encima de la mesa. Con ella compre un viejo puesto de verduras y hortalizas a un no menos viejo agricultor que también quería jubilarse.
Me han salido callos en las manos y aun leo el mismo periódico de siempre. Suplemento incluido. Me levanto cada mañana antes que el gallo cante. Me olvide de la monotonía matutina. No tengo chofer y aquella chica de la calle de la montera, se llevo los mejores años de mi vida y algún que otro ahorro entre suspiros y noches locas. Sigo soltero pero ya no lo soy de oro. Eso si, de vez en cuando alguna mujer insatisfecha me cuenta sus penas en la trastienda de mi negocio. Los tiempos cambian, pero algunas personas seguimos siendo los mismos crápulas de siempre.
"Relatos Fragmentos"
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com

3 comentarios:

  1. Eres bueno en la foto y el el texto.
    BESITOS

    ResponderEliminar
  2. Este relato ya lo conocí ;) Allá te dejé mi comentario.
    Abrazos, Ilona

    ResponderEliminar
  3. Good dispatch and this enter helped me alot in my college assignement. Gratefulness you on your information.

    paxil

    ResponderEliminar

Apreciados amigos…
La gestión del tiempo es uno de mis problemas. En la medida de lo posible, contestaré vuestros comentarios.
Un abrazo