Bienvenidos

Cada día del año se publica una nueva entrada en este espacio. ¡Gracias! por vuestra presencia!

martes, 2 de diciembre de 2008

El noray del puerto

El noray del puerto


Hay puertas que no se deben de cruzar nunca. Unas por prudencia y otras por simple respeto a lo desconocido. Este microrrelato intenta explicar una experiencia que hoy en día, aun no se como catalogarla…
Empecé a caminar por una calle solitaria. Me crucé con un perro negro, un niño que no sonreía y un viejo sacerdote con sotana al que saludé con un, buenos días y me respondió con un “que Dios te acompañe”.
Me paré a pensar en la frase cuando a mi derecha se abrió una puerta sin que aparentemente nadie la abriera. Una gaviota posada en el noray del puerto parecía indiferente a mi presencia. El mar de lo absurdo se mostraba delante de mí y esa puerta seguía requiriendo de mi osadía. No pensé mucho en las consecuencias y crucé el umbral. Antes de ello el número quinientos dieciséis me daba la bienvenida.
La puerta se cerró a mis espaldas. Desde ese día, soy un navegante errante. Sin patria ni destino. Viajando entre las dimensiones de las dudas aparentes y las que se razonan con un buen vaso de vino. Tinto por supuesto.
Alguien que me conocía le dijo a un viejo amigo mío que una mañana de noviembre, hojeando viejos libros en el mercado de Sant Antonio en Barcelona, encontró a un personaje que se parecía a mí. Parece ser que vago eternamente en la pagina quinientos dieciséis. Y no puedo salir de ella. El capitulo donde me encuentro dice así…
Hay puertas que no se deben de cruzar nunca. Unas por prudencia y otras por simple respeto a lo desconocido. Este microrrelato intenta explicar una experiencia que hoy en día, aun no se como catalogarla…

“microrrelatos”
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com

38 comentarios:

  1. Me gustaría conocer a ese artista del tranpantojo.

    ResponderEliminar
  2. Un relato algo inquietante para una bella imagen.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno, me gustó mucho. Con una certera ambientación que me recuerda al mejor Borges.

    También vendré por aquí.

    Saludos y gracias por tu visita.

    ResponderEliminar
  4. Osselin...
    También a mi, amigo. Quizás el tenga la clave para salir de su embrujo.
    Hace unos días conocí a un personaje, amante de la noche y bohemio de profesión que dedicaba al noble arte de deformar sus obras pictóricas con el fin de hacer que -según- sus propias palabras- trabajar las mentes figurativas haciéndolas dudar de su simplicidad.
    En París se utiliza un excelente vocablo para definir tal "ilusión"... trompe l' œil
    Un abrazo José.

    ResponderEliminar
  5. El sin tierra…
    Inquietante? Dímelo a mi, amigo!
    Un abrazo amigo

    ResponderEliminar
  6. Goathemala…
    No me hagas poner “colorado”…
    Como decía un amigo que siempre se acercaba a los editores con sus escritos bajo el brazo… Elogios, son amores pero de ellos mi estomago ya no se alimenta. Mi ego se sustenta, pero pierdo peso día a día.
    Gracias por tu admiración amigo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. es cierto, en este caso cruzar la puerta significa saber nadar...

    saludos

    ResponderEliminar
  8. Las necesidades se vuelven casi utópicas en estos casos. Un amigo me dijo, antes de dudar ya deberías de estar al otro lado.
    A eso se le llama determinación o simplemente, saber lo que uno quiere.
    Un abrazo amigo de los cielos.

    ResponderEliminar
  9. Un relato inquietante, como los que a mí me gustan ;)
    Muuuuuacks!

    ResponderEliminar
  10. Me alegro que sea de los que te gustan, Lara.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  11. Excelente la imagen, excelente el relato. El cura debió decirte "Que Dios te ampare" y no que te acompañe. Quizá la puerta la cerró el diablo... o el mismo sacerdote. La gaviota sólo miraba.

    ResponderEliminar
  12. Hola Jan,

    Soy "aficionada" fotógrafa y "aficionada" a escribir relatos o al menos, a jugar con las palabras.

    Caí aquí y creo, sinceramente, que me quedaré. Me gustó mucho el microrrelato. Nos "leemos".

    ResponderEliminar
  13. Apreciado pedro...
    Algunos curas a pesar de saber que decir, suelen confundirte con sus buenos propósitos.
    Gracias por hacer del microrrelato un mejor concepto.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  14. Hache...
    Juguemos con las palabras y sigamos haciendo fotografías. Los caminos se cruzan y las sensaciones se comparten...
    Sigamos.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  15. Querido amigo:

    A mi tu microrrelato me ha llenado de agradables dudas aparentes, entre razonables e irracionales. Te lo agradezco tanto que lo voy a celebrar con un buen vaso de vino.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  16. Elefante...
    Levantemos la copa! La distancia es importante pero la ilusión por compartir un instante es más importante si cabe.
    Un fuerte abrazo y gracias por dejarte caer por aquí.

    ResponderEliminar
  17. Cruzo puertas y puentes las inquietudes me surgen si no las atravieso.

    Genial tu relato, qué bien escribes :)

    Besos

    ResponderEliminar
  18. Ah!! esa foto es muy bonita, preciosa

    ResponderEliminar
  19. Te encuentras sumergido en la espiral del caracol. Sólo tres acontecimientos te podrán sacar de ese círculo vicioso en el que navegas.
    1) Que otro curioso atraviese la puerta abierta.
    2) Que alguien abra el libro del mercado de Sant Antonio
    3) Que la gaviota posada en el noray del puerto eche a volar

    ResponderEliminar
  20. Está claro que hablas por experiencia :)
    Curiosa composición.


    un abrazo

    ResponderEliminar
  21. Es un placer que hayas llegado a mi blog y, gracias a ello, ahora poder leerte. Me ha dejado perplejo este metafísico relato de rasgos borgeanos. Muchas puertas se abren y uno nunca sabe donde llevan o con que se puede encontrar. Yo desde que ingrese a la puerta que me llevo a mi presente no he dejado de manejarme por el camino de la incertidumbrte, un presente habitado de personajes y yo soy cada uno de ellos y cada uno de ellos es una parte mía ajajja.

    Un abrazo grande y mucho gusto, ya te he enlazado para seguir navegando por este rincón.

    Ariel.

    ResponderEliminar
  22. Al terminar de leer tu microrelato estuve a punto de empezar a leerlo de nuevo. Gracias que en el último momento tuve arrestos para apartar la vista y cliquear los comentarios. En cuanto cruzas el umbral y cierras la puerta tras de ti, alguien viene y desmonta el decorado. Te das la vuelta al oir el ruido del trasteo pero ya es demasiado tarde. Cuando vuelves la vista ya tienes delante de ti un decorado casi idéntico al anterior. El día que descubras la diferencia romperás el bucle, pero para eso hay que cruzar la puerta y entonces alguien viene y...

    ResponderEliminar
  23. Inquietante relato, un tanto surrealista. Me hace pensar en nuestros hábitos y en nuestros pensamientos que se repiten día tras día sin que lleguemos a saber cómo romper el círculo vicioso. Muy buena la foto y el trampantojo. Casi llego a picar. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  24. Si parece complicado escapar de una página

    Sólo se me ocurre una solución, que surja una reedición con otro formato y la página que era la 516 pase a ser la 420, la 598.. o quién sabe, la 666... jeje

    ResponderEliminar
  25. Pues creo que atodos se nos presenta una puerta que se desconoce a donde llevara, y uno tendra la decision de atravesarla o no. pero los que han sido valientes llegan a marcar y dejar huella en esta vida, como seres que se atreven a provechar y vivir al maximo esta pequeña vida que nos han brindado.
    Saludos y yo la catalogaria como

    osadia del ser humano

    ResponderEliminar
  26. La composicion de la imagen es buenisima y para rematar la jugada has escrito un relato de susprnse buenísimo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  27. A veces cuando se abre una puerta se cierra otra.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  28. Como diría mi profesor de fotografía en la Universidad, "me gusta tu perspectiva"

    Me encantan tus fotografías, en especial esta... Quiza mañana diga lo mismo.

    Saludos desde México.

    ResponderEliminar
  29. Hola, Jan:

    Las fotografías de "puertas" son muy especiales para ti, ¿verdad? ;-)

    Esta debiera ser circular, para no desentonar con el microrrelato.

    Hola, Jan:

    Las fotografías de "puertas" son muy.....


    Un abrazo!
    (Casi no puedo salir del microcomentario) jajaja

    Antón.

    ResponderEliminar
  30. Ni mucho menos yo me atrevería a catalogarla, solamente a veces observo para saber escoger la puerta que debo abrir y aun siendo así, desearía a veces no haberlas cruzado.

    Un Fuerte Abrazo

    ResponderEliminar
  31. Me quito el sombrero o mejor como diria un colega mio; me quito el cráneo, ante la foto y ante el relato. Te envidio sanamente ( si es que hay envidia sana, que no sé yo jejejeje).
    Unos aplausos para ti, clak clak clak

    ResponderEliminar
  32. Si gritas el personaje de la quinientas diecisiete te podrá ayudar en el salto y así entre los dos llegar a la quinientos dieciocho..... al final el fin libera.

    ResponderEliminar
  33. me gustan tus escenas en un instante y la fuerza de tus microrelatos

    ResponderEliminar
  34. Avisados quedamos...
    Y no me gustaría quedarme en algún capitulo de mi vida, no, definitivamente no...

    ;-)

    ResponderEliminar
  35. ...tal vez, una digestión pesada ...las copas del tinto,tal vez...el trampantojo, tal vez...puertas y más puertas, tal vez...

    tranquilo Jan, sólo es el número de la calle! Despierta! Jan, despierta!

    ResponderEliminar
  36. Un relato inquietante e ingenioso. La fotografía acompaña...

    ResponderEliminar
  37. • Acojonante esa segunda vuelta de tuerca al final del “microrelato”. Respecto a la fotografía me quito el sombrero ante su diafragma –entiéndame vuesa merced- Un saludo.

    ResponderEliminar

Apreciados amigos…
La gestión del tiempo es uno de mis problemas. En la medida de lo posible, contestaré vuestros comentarios.
Un abrazo