La vida es una transición. Un poco de tiempo, tan efímero que solo reparamos en el cuando se nos termina el servido. Unos pasos sin sentido y unos caminos que se quedan a medio recorrer. Así es la vida…
Tal vez no tenga la mayor importancia el haber vivido. Nunca lo sabremos. Lo vivido empieza a difuminarse en el jardín mental de nuestros recuerdos. Observo a la gente observar el reloj. Triste control para dejarse vencer por lo establecido. Dejemos de ser esclavos del tiempo y seamos más prácticos. Simplemente… vivamos.
“Pensamientos con imagen”
Copyright © By Jan Puerta 2009
Texto y fotografías con copyright del autor.
janpuerta@gmail.com
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Tal vez no tenga la menor importancia el haber vivido. O no. Puede que algún día lo descubramos.
ResponderEliminarUn saludo!
;)
No lo sabremos nunca, tienes razón, pero por si acaso, es mejor vivir intensamente y conscientemente cada segundo...por sí..
ResponderEliminarUn abrazo
Gizz
Vaya funeraria, pura poesia. Muy bueno. Y efectivamente nos tenemos que preocupar de vivir, disfrutar el ahora sin olvidar el mañana. Somos materia organica , como flores, plantas, estrellas...no hay mas vueltas que darle.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese es el sentido, querido Jan...
ResponderEliminarBesos con cariño!
Nuestra preocupación por el tiempo nos viene impuesta por nuestro propia condición efímera... lo que pasa es que normalmente nos preocupamos más por mirar el reloj que por vivir intensamente el tiempo que se nos va...
ResponderEliminarMuy bien expresado por tu parte y magníficamente acompañado (¿quien acompaña a quien?) por esa foto.
Un saludo
Vivamos... cada momento y cada instante, es la mejor forma de vivir ;)
ResponderEliminarMuuuuacks!
Qué dificil se nos hace olvidarnos de ese maldito reloj que nos marca todo en la vida, parece que vivimos supeditados a unos tiempos prefijados y controlados, de los cuales es difícil escapar. Acaso cuando se viaja sin un rumbo fijo.
ResponderEliminarLa toma es muy buena, ilustra a la perfeccción el comentario.
Saludos
¡Qué bonito texto! Jan, a medida que voy leyendo de tus publicaciones me voy sintiendo más identificado contigo. Seguro que llevamos vidas muy distintas, pero no pensamos tan diferente. Un abrazo.
ResponderEliminarComo soy un pesado, repito lo mismo: El amor hace útil cada millonésima de segundo.
ResponderEliminarEsa reflexion la tuve hace un tiempo comentando con mi mujer lo de la crisis, que si ha subido, que si no llegamos y que al final llegamos pero por los pelos, y decidimos llegar hasta donde podamos, pero disfrutando de cada momento y llegamos igual de apurados a final de mes, pero disfrutamos mas.
ResponderEliminarUn saludo.
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ResponderEliminarLa inevitabilidad de la muerte aumenta nuestras ganas de vivir.
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Creo que cada segundo que pasamos vivos merece sin duda la pena.
Estemos felices o sumidos en la profunda tristeza, vivir, estar vivo, respirar, siempre siempre siempre habrá merecido la pena.
Seguramente que cada uno entendemos de una manera diferente eso de "vivir". Hay quien si no vive a golpe de reloj, no es feliz.
ResponderEliminarDespacio, deprisa..como sea, pero vivir y disfrutar cada uno a su ritmo.
La foto muy buena.
Un abrazo.
Disfrutemos intensamente cada instante de vida.
ResponderEliminarEso sería fantástico...pero como bien dices somos esclavos del tiempo y del estres...!!!
La foto es genial aunque se trate de una funeraria, je je.
La vida es vida por que la vivimos (me he lucido con esta frase!). En definitiva estoy de acuerdo contigo, vivamos y punto!
ResponderEliminarSaludos
Pero, amigo, si hay algún acontecimiento que merezca la pena es el de la vida. Un saludo
ResponderEliminarSr. Jan Puerta, con imagenes como esta corre usted el riesgo de convertirse en un clásico antes de tiempo. Por favor, dime que esta foto estaba preparada.
ResponderEliminarEn cuanto al asunto de marras, el padre de mi querida esposa, es decir, mi suegro, tiene 72 años y nunca ha llevado reloj. Perdón, miento. Tenía un reloj y un día se lo tragó. Ahora lo lleva en el estómago y solo le marca las horas de comer. No siempre llega a la mesa cuando se le espera pero es el hombre más feliz que conozco.
Sabio consejo... Relojes...Ufff...
ResponderEliminarSaludos.
Yo también tengo un amigo que jamás ha tenido ni usado reloj y jamás ha llegado tarde a una cita. Hasta hace menos de doscientos años, la gente normal no tenía reloj. La única manera de saber la hora era escuchar las campanas de las iglesias o, si uno estaba en casa, las del reloj de pared, muy aproximativo, que solía haber en ellas y que hacía mucha compañía con su tic-tac pausado, pues tampoco había radio, ni tele, ni otros elementos de referencia que nos permitieran ponerlo en hora ni saber si iba adelantado o atrasado. La vida de las personas se regía por los ocasos y los amanaceres, por las llamadas a los servicios religiosos, por las necesidades de los animales que son como un reloj natural, y por las sirenas de las fábricas llamando al trabajo y el resto te da igual que sea de noche o sea de día. Y qué decir de los hombres del mar. Qué lucha contra el tiempo para establecer la dichosa longitud y medir el avance hacia el Este o hacia el Oeste. Esa sí que ha sido larga y peligrosa. Lo demás es ficticio; pura mentirijilla. Hasta que los americanos no inventaron y popularizaron el reloj de pulsera ya entrado el siglo XX, no nos invadió la obsesión por el tiempo. Es, como decía Cortázar, esa maquinilla que llevamos abrazada a la muñeca, la que nos posee a nosotros y no nosotros a ella.
ResponderEliminarOtro día os daré la receta para cocer relojes. Tiene su complicación.
No resisto la tentación de hacerle un comentario a Leo Finch: De verdad que no tiene la más mínima importancia haber vivido. En términos cósmicos, tu vida, Leo, y la mía, tienen la misma importancia que la de una puta mosca.
ResponderEliminarGenial esa alegoría temporal, sin embargo, no creo que el reloj controlador sea incompatible con VIVIR, y nótesen las mayúsculas ;-)
ResponderEliminarGenial fotografía.
en efecto: vivir no tiene la menor importancia. Por eso hay que sentarse a ver la vida de los demás y sus redundancias...
ResponderEliminarEs tan efímero y se va como agua entre los dedos, simplemente hay que vivir !
ResponderEliminarPrecioso encuadre Jan, te imagino al otro lado de la calle esperando el momento preciso para presionar el disparador
Un Fuerte Abrazo
Esta imagen es pura poesía.
ResponderEliminarUn saludo