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lunes, 17 de mayo de 2010

Don Luís...

El primer día que llegué a Talca después del terremoto del pasado 27 de febrero, me encontré con Don Luís. Conserje de un bloque de oficinas comerciales cuyo futuro estaba en el aire debido a que colapsó buena parte de la estructura del edificio. Su mirada, completamente perdida. Sus ojos, rojizos por unas lágrimas que no dejaban de aflorar, cuando distraía sus pensamientos descansando del trabajo, y el relax se apoderaba de su adrenalina. Este aspecto, era generalizado en muchas de las personas con la cuales pude conversar.
No era el primer terremoto fuerte que vivía Don Luís, pero este fue más fuerte que todos los anteriores. Mientras hablábamos, me mostraba como sus manos mantenían un pequeño temblor, parecido al de una persona que tiene Alzheimer. Con la peculiaridad que a Don Luis estas convulsiones no le sucedían antes del seísmo.


Su mayor preocupación venía cuando sucedía una replica. Algunas de ellas, superiores a los 6 grados de la escala Ritcher. Cuando estas se producían, el temor a un nuevo terremoto de la misma magnitud y consecuencias se apoderaba de las personas quienes solo encontraban refugio en las calles. Los gritos se sucedían y las miradas volvías a ser ausentes. El pánico se reflejaba en sus acciones.
La vida, después de cualquier catástrofe o desgracia sigue su curso. Pero para muchas personas, el reloj se detuvo en ese fatídico instante cuando la tierra simplemente tembló.
Don Luís visitó a una delegación de psicólogos, de la Cruz Roja española desplazados en esas fechas en Talca, con la finalidad de ayudar tanto a quienes lo habían perdido todo, incluido familiares, como a personas que simplemente se habían sumido en cierto grado de depresión.
Don Luís, según sus propias palabras encontró ciertas mejoras a partir de aplicar lo que le habían enseñado. Pero cuando la tierra temblaba en una nueva replica, olvidaba todo lo aprendido…
.- Es que hay que vivirlo.
Me repetía mientras la mirada se volvía ausente y unas lágrimas, demasiado contagiosas volvían a surgir de sus ojos.

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“Haciendo amigos”
Copyright © By Jan Puerta 2009
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6 comentarios:

  1. Emotivo relato amigo, la vida en un hecho así, te cambía rapidamente pero este amigo Luís seguro que lo superara al igual que otras muchas personas que viven su vida en una situación de peligros y temores constantes, un abrazo

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  2. Tiene razón don Luis. Hay que vivirlo.

    No obstante, saldrá adelante. Los seres humanos, más tarde o más temprano, tendemos a solucionar nuestros problemas de alguna manera.

    ¡Qué experiencias más terribles ha tenido que vivir esa buena gente!

    Un abrazo.

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  3. La teoría del bienestar al final es siempre teoría... Y en la práctica sueles encontrar lucha y supervivencia.

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  4. Por mucho que te ayuden y te den ciertas pautas para superar el trauma que tiene que crear una situación de éstas, en un momento de réplica no creo que sirvan de mucho, se te tiene que olvidar casi hasta como te llamas del miedo que imagino te vuelve a invadir.

    Un abrazo

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  5. Hay cosas que marcan para toda la vida, esta vez le llegó el turno a Don Luis y seguro que a otros muchos como él... nunca haremos lo bastante para paliar el sufrimiento.

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Apreciados amigos…
La gestión del tiempo es uno de mis problemas. En la medida de lo posible, contestaré vuestros comentarios.
Un abrazo