Sin llegar a ser un incomprendido, en el colegio no me comprendían muy bien. Mis maestros nunca entendieron el porqué de alguno de mis actos. Jamás supieron que mi imaginación, cultivada a base de leer tebeos, comics y libros, era la causante de que mi entelequia tuviera ciertos devaneos con lo establecido, saltándome a la torera las normas más elementales que a finales de los años sesenta regían para todos.
.- Usted, Sr. Puerta, siempre va a la suya.
A continuación de esas palabras venia la sentencia condenatoria que solía ser el no disfrutar del patio durante un par de semanas o incluso, ese acto denigrante como era el salir al estrado y escribir cien veces en la pizarra el deseo de no volver a repetir mi fechoría.
Pero un día, la sentencia fue mucho más condenatoria de lo que yo, inocente de mi, había pensado.
El reloj de la iglesia, empezó a mover el mecanismo por el cual, la campana empezaba a sonar. Tres veces el badajo golpeó la pared de la misma. Mientras sonaba, pedí permiso para ir al servicio. El maestro -cuyo nombre omito de momento- me dijo con su voz grave y profunda.
.- Vaya deprisa y no se entretenga Sr. Puerta.
No me preguntéis el porqué lo hice ni qué diablos quería conseguir. No lo sé. No tengo la más remota idea del porque. Solo sé que el día siguiente las consecuencias fueron impredecibles. Simplemente me expulsaron del colegio y creo recordar que los motivos fueron por actos vandálicos.
Hoy en día, cada vez que veo una piscina, vivo una especie de excitación incontrolable que me hace pensar en lo que hice de pequeño. A tiempo que me imagino haciéndolo hoy en día.
Es algo enfermizo. Pero lo más grave me sucede cuando paseo cualquier atardecer, por la playa de no importa que mar u océano. Mi deseo radica en encontrar el sumidero marino y destaparlo. Acto seguido giraría la llave de paso y sin prisas me sentaría a observar como un simple mortal como yo, provoca un cambio climático sin precedentes.
Las consecuencias, al igual que cuando era niño serian imprevisibles.
Las imágenes de este blog están subidas a una resolución de 1024.
Con un clic sobre la imagen las veréis a pantalla completa.
Si queréis ver el resto de la serie clicar aquí:
“Pensamientos con imagen”
Copyright © By Jan Puerta 2009
Texto y fotografías con copyride del autor
janpuerta@gmail.com
A ver... dejaremos aparte lo que un cole de los años sesenta tuviera piscina... coñoooo. Lo que me deja más ¿confundido? es que tuviera agua durante el curso y que ese agua estuviera limpia como para realizar la aventura que nos cuentas ¿o no era así?
ResponderEliminarPero me quedo mejor con la parte final, esa sensación de que con un pequeño acto imposible se cambiara la historia del mundo. De todas formas, al paso que vamos, no creo que haga falta vaciar el océano para que ocurra lo que dices.
Un abrazo.
¿Piscinas en los años sesenta? Las había, pero parecían pozos ciegos, nada que ver con las de ahora. Más de uno ya está buscando el tapón del mar y mandarlo todo al carajo.
ResponderEliminarInteresante relato, no menos que tu fotografía. Bueno Jan, vaciar toda la inmensidad del mar y las emociones contenidas en él es motivo de expulsión del paraíso...
ResponderEliminarAsí que no te extrañe la reacción de aquel profesor de cuyo nombre no quieres acordarte, jajaja
Mira, tu fotografía y esa grieta que acompaña al sumidero me sugiere una idea interesante. Nos regala dos posibilidades. La primera, bucear en la piscina y quitarle el tapón con nuestras propias manos. La segunda, esperar a que la grieta crezca y toda esa inmensa cantidad de agua, se sumerja sin remedio bajo el subsuelo de manera natural. Sea como sea, su final será el mismo.
Un fuerte abrazo amigo. Es un placer pasearse por tu espacio.
Tras leer detenidamente tu relato, llego a la conclusión que, efectivamente, eras un incomprendido total.
ResponderEliminar¡Ja, ja, ja, ja!
De todas formas, yo que tu me abstendría de encontrar el sumidero marino y menos vaciar el mar. Ya sabes que hoy día la capacidad de comprensión de algunas personas es todavía menor y me temo lo las peores consecuencias para ti.
Al ver la foto, pensé que te hacía recordar un yo-yo infantil.
Un fuerte abrazo, incomprendido.
¿Ansias de dominar lo ingobernable?
ResponderEliminar¿Necesidad de control sobre un mundo cada vez más caótico?
¿Necesidad imperiosa de romper con la rutina?
¿Deseo de despertar un mundo que anda adormecido o medio zombie?
Sr. Puerta, usted siempre con lo suyo. Me alegro de que así sea.
ResponderEliminarPues esto me lleva a comprobar lo que siempre he pensado, cada uno con nuestra pequeña locura, recorremos el camino hasta el final, me ha encantado la tuya, yo no me atrevo a contar las mías jaja. Un abrazo!
ResponderEliminarTu perfil es poco común.En cuanto al relato...
ResponderEliminarnos das la posibilidad d nuestra imaginación.
La tuya es enormeeeeee.
Te saludo desde MDQ,Liliana
jajajjajajaja!!!...muy personal tu inclinación natural al destape!!! jajajaja....me imagino la cara de tus padres cuando se enteraron! ajajaja
ResponderEliminarVaya a saber cuál será el motivo oculto que te llevó a hacer aquello! ajajaj
muy bueno!
JAjaja que obsesión por destapar los sumideros de las picisnas n y el mar,eso tienes que consultarlo con un especialista para que te diga el porque, de esa acción de infancia,y no te quedes con las dudas del pasado.
ResponderEliminarBuena foto del sumidero , buen post.
HOLA JAN: UNA TRAVESURA QUE TE COSTÓ MUY CARA.
ResponderEliminarQUIZÁ TE HAYA DEJADO ALGÚN TRAUMA, DE AHI LOS DESEOS DE REPETIR LA ACCIÓN.
HOY HAS COMPARTIDO UNA PEQUEÑA AVENTURA DE TU INFANCIA.
BON FI DE SETMANA.
ET SALUDO CORDIALMENT DESDE VALENCIA. Montserrat
Seguro que te movio el morbo de realizar lo prohibido...
ResponderEliminarPero claro, ¡jaja!
El castigo fue acorde :)
Qué suerte, piscina en el colegio... ;)
Por lo que veo muchos se asombraron de que en los años sesenta hubiera piscinas. yo creo que había, y bastantes. Mis padres son de antes de esos años y ya se bañaban en piscinas. Por lo demás me parece asombroso y divertido lo que hiciste jajaja, claro que sólo te divirtió a ti y no duró mucho!
ResponderEliminarUn abrazo!
Me uno a la propuesta de Pancho: abramos el desagüe del mundo y vayámonos todos al carajo.
ResponderEliminar¡¡Torna a girar la clau!!
ResponderEliminarTU ets "el niño"
jajajajaja... me imagino la cara de los demás niños. De no expulsarte habrías sido su líder... en fin, yo no tengo ni idea de psicología amigo :)
ResponderEliminarabrazos