Cualquier manifestación reivindicativa tiene dos o tres puntos en los cuales el fotógrafo puede recrearse con su cámara. El primero de ellos, es la manifestación en sí. Sus convocados, las pancartas con sus lemas, sus detalles y todo aquello que acontece desde su propia exigencia.
El segundo apartado es la gente que observa la manifestación. Las expresiones de asombro, las de aprobación, las de rechazo. Aquellas que expresan alegría o indignación. Es un mundo lleno de posibilidades para explorar.
El tercero es el de las consecuencias inmediatas de la propia manifestación. En el caso de las marchas convocadas en Chile durante estas 35 semanas que dura el conflicto estudiantil, los efectos colaterales se han convertido en una confrontación entre un grupo organizado de encapuchados y las fuerzas de los Carabineros de Chile. En la mayoría de los casos no tienen nada que ver con los estudiantes ni con sus pretensiones. Lo único que pretenden –y consiguen- es dar rienda suelta a tanta rabia contenida en su interior contra los Carabineros, quienes consideran la fuerza opresora del estado. Pero junto con esto, hay grupos que se dedican a saquear y robar amparándose en las reivindicaciones de los estudiantes.
Cubrir fotográficamente este punto no me gusta. No le encuentro aliciente, pero es el punto de los tres que tiene más interés informativo y gráficamente hablando, si estas en el momento adecuado, el preciso instante que ocurra algo y tienes el acierto de hacer una buena fotografía, puedes terminar vendiéndola a cambio de unas monedas que siempre son necesarias.
Cada jueves que asisto, me encuentro con estos tres apartados muy diferenciados en sí. Los dos primeros me hacen disfrutar de la fotografía de calle. La “street photography” en su estado más salvaje y más puro.
La complicidad de la gente es total y se dejan fotografiar en la mayoría de los casos, absortos en el personaje que están representando o simplemente como son en realidad.
La imagen de hoy, es el resultado de la observación. Una madre, con su hijo en la acera de una calle por donde discurre la manifestación. El niño, de corta edad, expresa el asombro de sus emociones ante lo que está viendo.
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Texto y fotografías con copyride del autor.
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L’expressivitat de la cara del nen ho diu tot, el pobre no perd detall de lo que esta passant, una molt bona foto captant la mirada i aptitud molt expressiva d’aquest nen i la seva mare. Un saludo Jan
ResponderEliminarY la mirada del que observa todos los puntos juntos.
ResponderEliminarSiempre hay más de un punto de vista sobre una misma cosa
ResponderEliminarLa cara del niño lo dice todo
Saludos
Es un ejemplo perfecto de ese tipo de fotografía callejera que capta la esencia de la vida cotidiana, con todas sus peculiaridades y de la cual soy profundo admirador.
ResponderEliminarExcelente Jan
Un abrazo
Hola Jan, no so priváis de nada. Pues yo me quedo con tu papel de observador general, con cámara en ristre y plasmando lo que otros no ven.
ResponderEliminarUn abrazo
Buen momento captado.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Saludos.
Todo un acierto la cara del niño. También las manifestantes, como cariátides griegas danzantes, parecen todo un espéctaculo.
ResponderEliminarSaludos
Piedra
En la mirada de ese infante hay tanta emoción, tanto descubrimiento de aquello que en un principio debería serle ajeno por el simple hacho de su corta edad, que uno se queda absorto mirando esos ojos alucinados.
ResponderEliminarUna foto impresionante e impactante amigo Jan.
Un fuerte abrazo.
La expresión captada del niño lo dice todo,una excelente fotografía y procesado B/N,saludos.
ResponderEliminarFantastica la imagen y la cara de sorpresa del niño.
ResponderEliminarGracias por acercarnos la situación de los estudiantes en Chile y como todo es mundo se apunta al carro de un grupo que se manifiesta por unos ideales y terminan destrozandolo todo...los que menos pintan ahí.
SAludos.
Me encanta la mirada y expresión del niño! Muy amoroso él... La madre un poco más absorta, no sé si te habrá visto! Pero es muy linda la fotografía, retratando algo especial que ocurría ese día en una vieja calle de Valpo.
ResponderEliminarABRAZOS GRANDES.
Es el momento Jan ... es justo ese momento el que has captado. Porque a los cinco segundos, seguro que la fotografía y lo que nos cuenta, sería distinta.
ResponderEliminarJan y su saber estar en el momento oportuno. Y lo bien que nos pones en situación.
Un abrazo Jan.
La cara del niño es todo un poema. Curiosidad, algo de sorpresa... mientras la madre parece no decir con su cara ni fu ni fa. Estupenda imagen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como ya se ha dicho en otros comentarios, has tenido el oportunismo, de captar el momento adecuado.
ResponderEliminarSaludos