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sábado, 20 de febrero de 2010

Desnudo descarado

Micro relato desnudo y descarado

Desde mi terraza observaba la tuya. Desde mi atalaya privilegiada por la altura, podía observarte las tardes calurosas de julio y agosto, recostada en una tumbona de mimbre. Simplemente tomabas el sol… descaradamente desnuda.
Recuerdo el primer día que noté tu presencia. Esa tarde, marcó un antes y un después en nuestra relación ausente de todo, menos de miradas llenas de complicidad. Por mi parte me atraía tu cuerpo desnudo en medio de la ciudad. Era un contraste tan sutil como onírico las ganas de tocarte. Parecía parte de un juego donde uno mira y el otro… se deja mirar. Intercambiamos sonrisas. Más tarde palabras. Después, el crudo otoño que nos separaba y el frio invierno que nos alejaba. Cuestiones profesionales que el alma y los sentimientos más dispares no atienden de razones menores.





Con la llegada del nuevo julio, regresé de mi último viaje. Del aeropuerto a mi terraza había unos escasos sesenta minutos. Llegué momentos después que te levantaras de la tumbona y la silueta de tu sombra se perdía, a través del umbral que abría paso a tu casa. No sabía muy bien cómo hacerme notar, así que encendí las luces de la terraza e invite a unos amigos a cenar.
Pasadas las nueve, te vi asomada a una ventana mirando nuestras siluetas a contraluz. Te hice señas pero no sabía si las veías. Así que me armé de ese valor estúpido que tenemos los que somos un poco tímidos y bajé hasta tu casa. La escusa era invitarte a una copa de vino y algo parecido a una cena fría. La realidad, sentirte más cerca después de tanta ausencia.
Al abrir la puerta, tenías los labios ligeramente perfilados. Sonreíste al aceptar.
Entre amigos cenamos, hablamos y la cálida luna empezó a despedir a mis invitados. Todos se fueron. Tú y yo, nos quedamos como ausentes sin saber muy bien qué hacer. Hablando nos despertó de nuestro letargo un nuevo amanecer. Las horas siguientes fueron de una mañana de julio, donde el calor se hacía notar y la tumbona de mimbre, esperaba tu cuerpo, descaradamente desnudo.


Las imágenes de este blog están subidas a una resolución de 1024.
Con un clic sobre la imagen las veréis a pantalla completa.

“cien microrelatos”

Copyright © By Jan Puerta 2009
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com

15 comentarios:

  1. Una historia verosímil però creibla i plena de sensacions eròtiqiues. un escrit interessat, ben filat y capdellat. Abraçades.

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  2. Excelente relato, me has transmitido muchísimo a través de las imágenes me he metido en la historia.
    Qué suerte que he llegado a tu blog, porque me encanta todo lo que veo aquí. Y además me siento identificada con algunos temas. Estuve dando unas vueltas por este espacio y me siento muy contenta de haber llegado.
    Sólo una preguntita, con respecto a tus fechas de publicación (que están aquí al costadito) Cómo hacés para ser tan organizado??? Me parece algo imposible desde mi modo de ser, ja ja ja
    Te dejo un abrazo.

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  3. Debe ser una grata expericencia poder disfrutar por fin de lo que tanto han deseado tus ojos. Buen relato.
    Hasta pronto.

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  4. ¡¡¡Bon día!!!Una bonica pintura, i
    relat.

    Desde Valencia, et saludo cordialment.Montserrat llagostera.

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  5. maravillosos relato Jan. No solo eres fotógrafo sino un gran escritor. Pero eso ya lo sabía.
    UN abrazo.

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  6. Mi querido amigo, ¿podrías darme el domicilio de la señorita en cuestión?

    Estupendo relato, Jan. No sólo tu vista se recreó.

    Un abrazo.

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  7. Por suerte este "mirón" se animó a dar el paso imprescindible para que realidad y sueño pudiesen ser uno solo!


    hermosa historia!

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  8. Un relato maravilloso lleno de vida y emoción.

    * Me encantó la pintura también.
    Un beso.
    Sill

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  9. Tardecita de sábado y repasando mis blogs favoritos. Un palcer siempre pasar por tu espacio.

    Saludos y un abrazo.

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  10. Descaradamente desnuda, bellamente desnuda; insultantemente desnuda.

    Mortal y...dulcemente desnuda

    Esto es precioso Jan.

    Un abrazo.

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  11. Buenas noches, Jan Puerta:

    (Se me ha volado el comentario. Veo que has quitado la opción de Anónimo. Repito, más o menos, pues había escrito en directo.)

    Estupendo el cuadro -con fondo rosa y naranja- de la bella mujer pálida de luna, esperando la caricia del sol.
    ¡Enhorabuena por el relato!.

    Saludos. Gelu

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  12. Es lo que tienen las terrazas y los balcones y las ventanas y los edificios que se acercan y se tocan casi en los calores de cualquier verano. A veces es la distancia la que acerca.
    Todos hemos mirado a la chica del edificio de enfrente. Hoy, gracias a tu historia, he vuelto a verla. Casi desnuda. Siempre descarada.

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  13. Qué mejor desnudez, qué mejor forma de recibir las mañanas.

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  14. Ya quisiera yo una musa como ella !

    Un Fuerte Abrazo

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