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miércoles, 23 de octubre de 2013

Santuario de Nuestra Señora Purísima de las 40 horas

Hace unos cuantos años, (ya me puse nostálgico otra vez) había unos artilugios de uso bastante común que se enroscaban en la parte frontal del objetivo y que respondían al nombre de filtros. Hoy en día, su uso, se mantiene, pero de una manera moderada. El UV que además sirve de protector del propio lente, el polarizador y quizás el amarillo para contrastar algún que otro paisaje  o encuadre falto del mismo.
Los demás son puras anécdotas que en muchos casos a través de los programas de edición se termina degradando o contrastando el encuadre realizado.
Yo recuerdo la aparición de la firma Cokin en el mercado. Un engendro de plástico que nos permitía intercalar unas laminas de colores como si se tratase de un foco de luz en la feria del pueblo para dar diferentes tonos de colores al artista que recorría esos escenarios en verano.
Como todo, el nivel económico marcaba la calidad de los filtros. Si tenías tres objetivos, siendo los normales un 50 mm, un 35mm y un 135mm, representaba una buena inversión económica el dotar a cada uno de ellos de su correspondiente set de filtros. Pero apareció Cokin y pudimos muchos de nosotros jugar en las ligas mayores de los fotógrafos consagrados.
Personalmente, tuve un juego completo y en uno de mis viajes, decidió, seguramente influenciado por el malandrín que se me llevó un bolso con diferente material, cambiar de nacionalidad siendo adoptado por su nuevo dueño.
Hoy en día, llevo varios filtros sueltos envueltos en gamuzas para evitar que se rallen y doten a las imágenes realidades de extraños reflejos que si bien gustan a las señoras que ven las fotos, envilecen el trabajo de uno.
Pero desde hace tiempo, estoy experimentando con uno nuevo aunque de difícil transporte para ser francos. Se trata del filtro visillo y el complemento, suciedad del cristal de la ventana.
Así que siempre que tengo posibilidad de ello, me sitúa detrás del visillo, enfoco y hago la fotografía. El resultado es casi siempre una mezcla de “vintage” y surrealismo pop que gusta bastante a pesar de la precariedad del material utilizado.
Para muestra un botón con esta escena cotidiana Santuario de Nuestra Señora Purísima de las 40 Horas. Limache

Clic aquí para ver la serie completa:
Copyright © By Jan Puerta 2013.
Texto y fotografías con copyride del autor.

janpuerta@gmail.com

8 comentarios:

  1. Jo també tenia un munt de filtrs Cokin. Ara no n'utilitzo cap, amb un polaritzador faig.
    Es curiós l'efecte d'aquest filtre del que parles, el resultat es original i atractiu.
    Una abraçada

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  2. Como si miráramos desde muy atrás en el tiempo.

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  3. Es increíble pero no hace tanto tiempo y sin embargo estamos hablando de elementos prehistóricos. Yo usé todos esos filtros marca Nikor y tenía un zoom que iba de 50 a 135 o lo intercambiaba con un gran angular.
    Cpmencé trabajando con una reflex Zenith, de origen ruso y tardé bastante en pasar a la Cannon o la Minolta. Coincido contigo en eso de los reflejos que gustan a las señoras.
    El filtro que estás usando parece interesante aunque le saca lucimiento al cielo. Veremos los trabajos que vayas logrando. Este me gusta.

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  4. Parece una postal...se ve linda.Un saludo amigo.-
    http://visual-anjespinosa.blogspot.com.es/

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  5. Pues no te ha quedado mal. Eso sí a los fabricantes de filtros no creo que les haga mucha gracia, jeje.

    Enhorabuena por el ingenio y por el resultado.

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  6. Belíssima esta Igreja, mais um patrimônio espiritual,. boa semana amigo, abraços

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