Hace un tiempo, navegando por la red encontré un enlace que me llevo a un blog llamado “La acequia”. Me llamo mucho la atención una de sus secciones titulada: “los jueves: Quijote”.
El proyecto no era otro que participar activamente de la lectura de un capitulo semanal, aportando lo que a uno le pudiera parecer su lectura. Un intercambio de ideas, pareceres y demás. Una manera sencilla de entrar dentro del mundo quijotesco entendiendo fácilmente el contenido de la obra de cervantes. Creo que después del Padre nuestro, la frase mas pronunciada debe de ser el inicio del quijote… “En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme”. Pero, pocos son los que se aventuran a entraren el universo que esconden sus paginas. El caso es que siempre pensé en incorporarme pero aunque parezca difícil de creer, no tenía ningún quijote en papel en mis manos. A pesar de tener diferentes ediciones del mismo repartidas en diferentes estancias por mi carácter itinerante.
El caso es que el pasado domingo día diecinueve del corriente, fui a una especie de rastro madrileño donde me esperaba sin saberlo una edición del Quijote de la editorial Sopena editada en 1968. Pregunte por el precio, pensando que me pedirían una cifra fuera de mi alcance y cuando me contestaron que solo costaba mil pesos (menos de un euro) no lo dudé. Hasta la fecha leer en la Biblioteca virtual de Cervantes se me antojaba difícil.
Así que hablé con don Pedro Ojeda y desde hoy mismo me incorporo al proyecto. En cuanto a la sección que venia publicando los jueves en referencia a los perros abandonados, la traslado a los viernes. Dicho esto, empezamos…
Para ilustrar el comentario, hoy publico una imagen de la portada del libro adquirido para tal fin...
El proyecto no era otro que participar activamente de la lectura de un capitulo semanal, aportando lo que a uno le pudiera parecer su lectura. Un intercambio de ideas, pareceres y demás. Una manera sencilla de entrar dentro del mundo quijotesco entendiendo fácilmente el contenido de la obra de cervantes. Creo que después del Padre nuestro, la frase mas pronunciada debe de ser el inicio del quijote… “En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme”. Pero, pocos son los que se aventuran a entraren el universo que esconden sus paginas. El caso es que siempre pensé en incorporarme pero aunque parezca difícil de creer, no tenía ningún quijote en papel en mis manos. A pesar de tener diferentes ediciones del mismo repartidas en diferentes estancias por mi carácter itinerante.
El caso es que el pasado domingo día diecinueve del corriente, fui a una especie de rastro madrileño donde me esperaba sin saberlo una edición del Quijote de la editorial Sopena editada en 1968. Pregunte por el precio, pensando que me pedirían una cifra fuera de mi alcance y cuando me contestaron que solo costaba mil pesos (menos de un euro) no lo dudé. Hasta la fecha leer en la Biblioteca virtual de Cervantes se me antojaba difícil.
Así que hablé con don Pedro Ojeda y desde hoy mismo me incorporo al proyecto. En cuanto a la sección que venia publicando los jueves en referencia a los perros abandonados, la traslado a los viernes. Dicho esto, empezamos…
Para ilustrar el comentario, hoy publico una imagen de la portada del libro adquirido para tal fin...

Que trata de lo que contó el cabrero a todos los que llevaban a don Quijote
Después de leer el capitulo pienso que hoy en día podríamos tomar de referencia a la hermosa Leandra. Una mujer que por sus atributos y lozanos años es deseada y admirada por todos y la vez odiada por aquellos que de ella no podrían obtener ningún favor.
Todo el mundo tiene su nombre en boca a pesar del tiempo transcurrido.
“Este la maldice y la llama arrojadiza, varia y deshonesta; aquel la condena por fácil y ligera; tal la absuelve y perdona, y tal la justifica y vitupera; uno celebra su hermosura, otro de su condición; y el fin, todos la deshonran y todos la adoran”
Los recuerdos relacionados con el deseo siguen siendo validos a pesar del tiempo. Hoy en día, miles de Leandras tienen su misma consideración. Decía un viejo amigo mío que la historia, cada doscientos años, se reinventa a si misma con los mismos personajes pero cambiados de ubicación con lo cual el juego de la existencia esta mas que justificado.
En algún lugar leí que tal vez Cervantes, con estos giros tan del “pueblo” pretendía hacer más amena la novela caballeresca, dotándola de lo cotidiano.
He de reconocer que ando un poco perdido metido bajo la bacía de barbero e intentando comentar lo que hasta la fecha no había conseguido. Pero para este final de abril, con frio en el cuerpo y la chimenea encendiéndose a las seis de la tarde es lo que hay compañeros. A ver si mayo se me da mejor el tema.
“Quijote”