El primero de noviembre es una de esas fechas que siempre he tenido presente. Quizás mis visitas a los cementerios sean el motivo aparente para no olvidarla o simplemente tenerla como un día más de nuestra efímera existencia.
A lo largo de los últimos quince años, he visitado muchos cementerios. Sistemáticamente, cuando llego a un pueblo por primera vez, mi primera consulta pasa por saber cómo llegar al cementerio. A partir de ahí, si el tiempo lo permite, mi visita es casi una obligación.
Haciendo balance de tanta fotografía realizada, recuerdo un cementerio en especial. Un lugar lleno de tristeza, olvido y una ausencia generalizada de nombres en sus tumbas y flores en las mismas. Solo cruces, montículos de arena oscura y piedrecitas pequeñas. Un lugar donde se respiraba un ambiente tenso a pesar de la soledad que me acompañaba.
Solo pude estar unos veinte minutos. Tiempo suficiente para fotografiar la esencia que desprendía ese espacio tan especial.
Allí descansaban casi todos los habitantes de un pequeño núcleo rural, masacrado en su momento por la sin razón del género humano.
Hoy, repasando esos recuerdos he buscado una de las imágenes que más puede contrastar con la de cualquier cementerio “normal”, lleno de flores, lapidas pintadas y mausoleos exuberantes. Llenos de recuerdos presentes.
La vida es tan corta a veces…
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Copyright © By Jan Puerta 2011
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Esta imagen es el perfecto contraste con lo que ocurre hoy en nuestros cementerios llenos de ostentación.
ResponderEliminarSAludos.
Qué desolación amigo mío, no puedo evitar desear que el inquilino de ese agujero haya podido descansar en paz
ResponderEliminarun abrazo, querido Jan
Una tumba anonima que va genial con el título de tu foto. Saludos.
ResponderEliminarEsta es la esencia de una idea que puede parecernos trasnochada y lo que se quiera.
ResponderEliminarDe este modo es como se enterraba antes de que los cementerios se convirtieran en lugares de culto a la posicion social.
Un recuerdo precioso amigo Jan.
Saludos
Al meu poble encara n'hi han enterrats així...és bonic veure com posen flors damunt la creu, o al sobre de la tomba...millor que pujar per l'escala...
ResponderEliminarLa part antiga del cementeri de Riola és molt bonica.
Qualsevol día te la retrate..
Besos...i no penses que la vida és curta...és com és...no s'hi pot fer res.
No por muchos ornamentos que se pongan en las tumbas de nuestros difuntos quiere decir que se les quiera o recuerde más que los que se encuentran en las tumbas sin ningún tipo de ornamentación, yo cada día y digo cada día pienso en mis padres y mi hermano que ya no están conmigo pero no pasa día que no me acuerde de ellos y no hace falta grandes ostentaciones en el cementerio, se lleva en el corazón. Un abrazo Jan
ResponderEliminarLa vida es demasiado corta. Los que tenemos más de 50 lo sabemos bien.
ResponderEliminarSalutacions.
Sea cual sea lo ostentoso o no de la tumba el resultado es el mismo, el final es el mismo para todos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los ornamentos no definen la dignidad del muerto.
ResponderEliminarPaco, te me has adelantado, estoy completamente de acuerdo contigo, detras siempre hay lo mismo.La desolacion es la misma, aunque la intentemos disimular cubriendola de flores .
ResponderEliminarUn saludo y suerte con tu busqueda.
Demasiado corta...por desgracia...un saludo.
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