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miércoles, 11 de agosto de 2010

La bicicleta de los recuerdos

Un día de estos os presentaré al simpático propietario de esta bicicleta. Pero hoy me vais a permitir que vagabundee un poco entre recuerdos que me dominan, tal vez llenados de la mano de la nostalgia.
El personaje en cuestión se dedica a vender leche de vaca recién ordeñada. Evidentemente la pongo en un cazo y la dejo hervir. Después, al primer sorbo los ojos se me cierran transportándome a una infancia casi de pueblo donde los sabores suplían con creces cualquier manjar deseado. La comisura de mis labios siempre delataba lo que había bebido.
Ese sorbo actual, me llena de añoranza sobre una etapa que ya no regresara. Incluso los propios recuerdos a veces se vuelven difusos y la memoria me juega malas pasadas.
Cuando me cruce por primera vez con la bicicleta, su propietario estaba atendiendo a una señora. La bicicleta permanecía sola en la calle. Momento que aproveché para hacerle esta fotografía. Una caja de plástico, de esas donde los agricultores ponen sus verduras o frutas almacenaba cuatro botellas llenas de leche. Primero pensé que era de alguien que simplemente las había comprado. Lo esperé para preguntarle donde la había conseguido y me dijo que el mismo la vendía. A partir de aquí, se inicio una agradable conversación que publicare cualquier día de estos.


Mientras tanto, bebo un sorbo de leche, aun caliente después de haberla hervido. Se me cierran los ojos. Lo malo, es que después de tenerlos cerrados durante unos eternos segundos, me gustaría que no se abriesen y quedarme anclado en esa infancia que tanto recuerdo.
La última vez que bebí leche recién ordeñada fue en Gósol. Un pequeño e idílico pueblecito que despierta cada día bajo la cara menos fotogénica del impresionante Pedraforca. En el parque nacional del Cadí Moixero.

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Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com

11 comentarios:

  1. Hola amigos hermosa historia y entrañable imagen la de tu texto , me has llevado a mis recuerdos de niñez donde la leche era leche y nos dejaba bigotes blancos despues de beberla y no como hoy que son polvos de leche envasada.

    Un abrazo de MA .

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  2. A veces, con las ancias de mantener vivos los momentos, les exigimos a los recuerdos una nitidez que no les pertenece...
    Disfrutemos de ese recorte que hace nuestra memoria, creo de eso se tratan los recuerdos, de una sensación tal vez difusa, de un sabor... el de la leche en el paladar que nos remonta a aquellos años de despreocupación.
    Un abrazo grande!
    Noralí.

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  3. Todo truco es bueno para transportarse a la infancia! jejejeje

    Que lo disfrutes!

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  4. Dicen que la memoria es la única inmortalidad digna de fe. ¿Será tan así? Hemos vivido tanto tiempo, devenido tantos caminos, superado tantas historias que cualquier “regreso” a la infancia nos otorga un salvoconducto. Nada nos es ajeno, nada nos es extraño. Apenas una sombra queda de aquella época, lejos brilla imponente aquella antigua magnificencia.

    Como escribieron por ahí, en estos gratificantes y sinceros commentarios, “cualquier truco es bueno para transportarnos”.

    Un abrazo fuerte.

    HologramaBlanco

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  5. Mmmmm leche de vaca recién ordeñada, me transportas al fundo de mis abuelos durante mi infancia y a la parcela de mi tía en los días de vacaciones. Para que mencionar el queso fresco o el manjar recién hecho.
    Un abrazo.

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  6. OH JAN QUINA PASSADA!.
    JO M´ENRECORDO QUAN ANAVA A LA VAQUERIA-LECHERIA DE DEVANT DE CASA A GRACIA,AMB LA MARE, AMB UN CAXARRET PETITET ON AMB REGALEM PERQUE JUGUES.LA MARE PORTAVA LA LLETERA GRAN. I DESPRÉS LA BULLIAM ET PARLO DE QUAN TENIA TRES O CUATRE ANYS.FIXAT ARA MATEIX!
    ENCARE RECORDO DELS PETRICONS.

    UNA ABRAÇADA, Montserrat

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  7. Qué pequeño momento y cuanta felicidad aporta. Tengo la edad justa para tener ese mismo recuerdo ayudado por el hecho de haber vivido en un pequeño pueblo al que ahora he vuelto. Una pequeña habitación de la casa servia para que la mujer del vaquero vendiera esa leche que después de hervirla tomábamos y nos dejaba en la boca esa misma señal de la que tú hablas. Me hace ilusión que menciones Gósol, hace pocos días que estado ahí. Imponente presencia siempre la del Pedraforca y, aunque por su banda menos fotogénica, un lugar rodeado de hermosos paisajes y mucha tranquilidad.
    Felicitats i molta sort!

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  8. ¡Curioso! Me recuerdas al tiempo mi infancia y mis inicios de senderismo de altos vuelos.
    Esa bici es demasiado moderna para mis años, la que yo recuerdo llevaba herradas metálicas y el jarreo era la única manera de tener leche fresca en casa. Yo me inicié con la de oveja, gorda y demasiado fuerte para mi tierna boca, pero con azúcar, con mucho azúcar, pasaba… Era del rebaño propio, de modo que la cantidad nunca fue problema.

    El otro recuerdo me lleva al Petraforca de Ansó-Hecho, en Huesca. Mucho miedo pasé subiéndolo y mucho más bajándolo. Eran otros tiempos.

    Ya te sonará a rutina, pero magnífica foto, sabes lo que haces.

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  9. La leche, antes, tenía tanta consistencia que daba para hacer requesón, para hacer nata con la que merendar con una rebanada de pan y azúcar. La leche antes había que hervirla. A veces sabía a calostro.
    La leche, antes, era leche.
    De las bicicletas hablamos otro día.

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  10. Hola amigo Jan, también me has transportado a mi infancia tengo una anécdota de pequeño con una jarra d leche que venía de comprar de la lechería, me cai y derrame gran parte de la leche y no se me ocurrio otra cosa que terminar de rellenarla con agua... ya te puedes imaginar el resto. Que bonito es recordar nuestra infancia, un fuerte abrazo amigo Jan

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